El filón del cine de romanos que reinauguró Ridley Scott con Gladiator parece no tener fin. El relevo en el peplum lo ha tomado un actor aficionado y más alfeñique que Russell Crowe: Enrique Iglesias. El hijo de Julio, aunque no de aquel Julio César, se ha disfrazado de emperador en el último anuncio de Pepsi para someter a las cantantes, y mucho mejor afinadas, Beyonce, Britney Spears y Pink. Tocado con el laurel, mal afeitado como si hubiera tenido una mala noche con la lira, con armadura y polainas de piel, Enrique (en la foto de la derecha) incita a las cantantes a luchar en la arena bajo la dirección de Tarsem Singh

Spears, acostumbraba al circo, pero al de Las Vegas, donde se casó y descasó en 55 horas, porta escudo y espada (en la foto de la izquierda); Pink, maza con pinchos y Beyonce, tridente. Las tres son armas muy pertinentes para los coliseos. Habrá que ver si el pulgar de Enrique se alza para salvarlas o, por el contrario, se inclina sin clemencia.