TLtlega una edad en la que toda persona acaba planteándose tres cosas. De dónde venimos; a dónde vamos; cuántos rumanos quedan en Rumanía. Teorías hay para todos los gustos, pero yo me pido la que afirma que el universo nace de una radiación germinal en forma de supercuerdas de las que se desprendió el hilo de la vida. Esto lo cree mucha gente, incluso en América, aunque allí son más dados a creer lo que escribió un judío de la Edad del Bronce. En España lo del Génesis ha ido perdiendo fuelle a medida que la gente se iba sacando el graduado escolar. Creerse lo de Adán y Eva causa ciertos reparos a todos los adultos menos a Juan Manuel de Prada , que está a un paso de que se le aparezca la Virgen o Escrivá de Balaguer . Yo creo en las supercuerdas porque es poético y porque explica la cuestión de los alienígenas. Porque yo soy de los que creen en los extraterrestres. No como esos psiquiatras que han examinado al asesino del metro de Barcelona y le han diagnosticado esquizofrenia paranoide solo porque dice que el asesinato no lo cometió él sino un marciano que se le había metido en el cuerpo. Eso le puede pasar a cualquiera. Los alienígenas son unos cachondos y cuando menos te lo esperas se te meten dentro o te abducen y te fastidian el fin de semana. Justo eso es lo que les ha sucedido al abogado Rodríguez Menéndez y a De Juana Chaos . Algunos piensan que se han dado a la fuga, pero ya verán como sale un abogado que demuestra que no, que han sido los alienígenas. Ellos son los responsables de la crisis económica, del cambio climático, del hambre en el mundo y de la alopecia de José Bono . No es una teoría muy científica, lo sé; pero más horrible es creer que gentes que no sean de otro mundo puedan causarnos tanto daño, y salir indemnes.