Si no se toman las medidas necesarias, al acabar este siglo 500 millones de personas habrán muerto a causa del consumo de tabaco, según alertaron hoy las autoridades de la OMS que luchan contra una adicción que cada año acaba con la vida de cinco millones de personas. "Tal y como se presentan las progresiones actualmente, en el 2025 el tabaco habrá matado a 150 millones de personas, en el 2050 a 300 millones y en el 2100 a 500 millones", aseguró hoy sir Richard Peto, investigador de la Universidad de Oxford, durante su intervención en un foro durante la Asamblea anual de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El tabaquismo es una de las enfermedades no transmisibles con más morbilidad de todas las existentes, "algo inaceptable, por lo que yo misma y la OMS estamos absolutamente comprometidos en reducirla", aseguró la directora general del organismo, Margaret Chan. Se calcula que en el mundo fuman 1.000 millones de personas, una cuarta parte de los adultos, de los cuales 5 millones mueren cada año por enfermedades directamente relacionadas con el tabaco.

De hecho, el tabaquismo es un factor de riesgo en seis de las ocho primeras causas de mortalidad en el mundo.

"Es algo que mata a mucha gente, pero estas muertes se pueden evitar", agregó Peto, quien señaló que las personas que fuman, aunque no generen una enfermedad directamente relacionada con su adicción, pierden de media 10 años de vida. "De hecho, si dejan de fumar a los 60 recuperan tres años de vida, si lo dejan a los 50, 6, si lo dejan a los 40, 9 y así progresivamente".

La OMS aprobó en el año 2003 el Convenio Marco para el Control del Tabaco de la OMS (CMCT) y desde entonces 156 países se han adherido a él, pero con diversos niveles de aplicación. Dos de las naciones que más éxito han tenido en su aplicación son Uruguay e Irán, que han logrado niveles récord en el abandono de la adicción y han logrado poder presentarse como países "libres de humo de tabaco". En el caso uruguayo, según explicó la ministra de Salud, María Luisa Muñoz, se combinaron diversos aspectos como el aumento de los impuestos y el precio del tabaco, la creación de una Alianza Nacional que aglutina a gran parte de la sociedad civil y de los estamentos gubernamentales, y una agresiva campaña publicitaria.

"Apostamos, por ejemplo, por la virilidad masculina haciendo hincapié en que el tabaco es una de las causas directas de la impotencia", explicó la ministra. Por su parte, el ministro iraní, Kamrán Bagheri Lankarani, relató los logros conseguidos en su país a través también de una intensa campaña informativa, que han dado como resultado "que el 89 por ciento de los cafés de los bazares han decidido unilateralmente prohibir fumar el narguile (pipa de agua)".

Ambas estrategias han aplicado una política muy similar a la que promueve la OMS a través del programa MPOWER: vigilar el consumo y las políticas de prevención; proteger a la población del humo en los lugares públicos y ámbitos laborales; ofrecer ayudar al abandono de la adicción; controlar las prohibiciones sobre publicidad, promoción y patrocinio, y aumentar los impuestos al tabaco.

La Asamblea aprobará previsiblemente mañana, antes de su clausura, una resolución en la que apoyará a esta estrategia y en la que se ratificará la necesidad de implementar el Convenio Marco. Paralelamente, las ONG y algunos países directamente implicados en la causa, como Brasil y Ecuador, seguirán luchando contra la interferencia de las tabacaleras que, según declaró Kathy Mulvey, directora ejecutiva de Corporate Accountability International, "intentan por todos los medios, ilícitos incluidos, minar el trabajo realizado".