Casimiro Larios es un jubilado que vive a caballo entre Mérida y la población cercana de Aljucén y que ha decidido rescatar del olvido las profesiones que conoció cuando era niño, algunas desaparecidas ya, pero otras muchas transformadas por los avances técnicos, aunque en esencia el objetivo es el mismo.

La exposición está instalada en el patio del ayuntamiento y recoge 65 profesiones. Están realizadas en madera, en un pequeño escenario, y suele haber entre tres o cuatro personajes en el ambiente donde trabajaban. Así, hay canteros, enterradores, olivareros o carniceros.

Larios explica que su máxima ilusión es que el Ayuntamiento de Mérida se interese por su obra y cree un pequeño museo etnográfico, cuyas piezas tiene ahora almacenadas en su casa.

Para confeccionar las tallas, Casiano Larios dice echar mano de sus recuerdos, "tengo muy buena memoria, aquí he presentado 65 profesiones perdidas, pero estoy pendiente de hacer más, ahora estoy un poco parado por las fiestas navideñas, pero seguiré confeccionando más", asegura.

En cuanto a la acogida de su muestra indicó que es muy buena, "sobre todo las personas mayores, que son las que más se entusiasman, ya que han vivido estas profesiones y les suele dar mucha nostalgia".También gusta mucho a los más jóvenes, ya que diariamente es visitada por escolares,

"pero al principio se piensan que son figuras de un portal de Belén, aunque enseguida lo comprenden todo, son muy listos"