La costumbre de algunos conductores de programar el navegador mientras circulan sigue causando accidentes y preocupando a la Dirección General de Tráfico (DGT). Su máximo responsable, Pere Navarro, insistió ayer en que esta conducta se tipificará como infracción si se observa que los persisten en ella o la industria no establece un mecanismo que impida llevar a cabo las dos acciones a la vez.

Navarro explicó durante un curso de verano en Aranjuez que semanas atrás se dirigió a los fabricantes "para pedirles que prevean que no se pueda programar mientras el vehículo está en marcha", una opción tecnológicamente fácil de aplicar dado que el aparato detecta cuándo el vehículo está en movimiento. El problema es que para que se imponga esta limitación debe existir un acuerdo de ámbito europeo y esto "conlleva siempre cierto tiempo".

En caso de convertirse en una conducta sancionable, adelantó que tendría la misma consideración de infracción grave que hablar por el móvil y comportaría, por tanto, la perdida de tres puntos.

La lucha contra las distracciones se ha convertido en el principal objetivo de los responsables de tráfico este verano al constatarse que causan el 50% de los siniestros de autovías y autopistas.

El principal origen de los despistes sigue siendo, según Navarro, el móvil, que interfiere en la conducción incluso aunque se use el manos libres. Aunque hablar a través de este dispositivo no está sancionado, Tráfico no lo recomienda. Está comprobado que se pierde el 50% de la información que suministran las señales de tráfico, así como la percepción de la distancia con el resto de coches.