Los servicios de vigilancia canarios detectaron ayer en alta mar un cayuco en el que iban tres hombres muertos y otros 79 subsaharianos. La embarcación fue avistada a la 1.30 de la madrugada por el Sistema Integral de Vigilancia Exterior (SIVE) cuando se encontraba a unos tres kilómetros de Pasito Blanco, al suroeste de la isla de Gran Canaria. Una patrullera de la Guardia Civil remolcó el barco hasta el muelle de Arguineguín, donde se prestó asistencia sanitaria a 41 inmigrantes debido a sus precarias condiciones de salud. A última hora de ayer, cuatro sin papeles permanecían ingresados en los hospitales de la isla.

Además de estos tres, viajaban cuatro mujeres, un niño de 9 años y una niña de 18 meses. Al constatar la presencia de los tres cadáveres y el mal estado en que se encontraba el resto de los ocupantes, los agentes decidieron conducir la embarcación hasta el muelle en vez de trasladar a los inmigrantes a la patrullera, como se hace habitualmente.

Los viajeros llevaban tres días sin comer ni beber tras haber partido hacia Canarias desde algún punto de la costa de Mauritania. Las lamentables condiciones en que llegaron obligaron a los agentes a desembarcarlos prácticamente a pulso ya que apenas se mantenían en pie. La mitad del grupo padecía síntomas de hipotermia, deshidratación, contusiones, quemaduras y rozamientos por la dureza del viaje. Muchos presentaban dolores torácicos y problemas musculares importantes que les impedían caminar, mientras que a uno se le detectó una fractura.

Manuel Sánchez, de Cruz Roja aseguró que los dos niños viajaban junto a sus madres y que se encontraban bien de salud.