"Un euro para el Badajoz, un euro para el Badajoz...". Lo puedes ver gritando esta frase en cualquier rincón de la ciudad, vendiendo pegatinas, mecheros, papeletas, camisetas y abonos blanquinegros. Todos dicen que tiene un corazón que no le cabe en el pecho y al que tapa su inseparable camiseta blanquinegra. Después de animar como nadie en las gradas, el vacío de poder en la propiedad de la entidad le ha abierto las puertas de la dirección de marketing y publicidad del club a través de la gestora Ambición Blanquinegra.

Lo que Antonio Vázquez no pediría para su pan, lo pide para el Badajoz "porque en el corazón sólo me cabe el blanco y el negro. Sueño con el Badajoz las 24 horas del día y en mi cabeza está la idea de generar cada vez más dinero para el club". ¿Y por qué esta devoción tan grande? "Soy una persona muy cariñosa y apasionada con todo lo que me rodea. Mi amistad es para toda la vida. Soy transparente y voy de frente".

La gente está respondiendo con 2.500 abonos vendidos. "El club se dejó muy mal y estamos levantándolo. Me encuentro a aficionados con mucho remordimiento por lo sucedido en el pasado pero, estoy seguro que acabarán pasando por el aro".

¿Qué haría Antonio Vázquez por el club centenario? "Lo haría todo. Me enfrentaría con el demonio si hiciera falta... Tengo el Badajoz por escudo para inmolarme con él si hiciera falta". Su familia le apoya al máximo en su labor desinteresada en beneficio del club. "Mi mujer es una apasionada y se encarga de nuestro negocio para que yo trabaje por el Badajoz, aunque mis hijas me echan la bronca porque no entienden que tenga este cariño por el club. Es como ver que una persona que amas, no respira. Cuando llevo a mis hijas en el coche siempre tengo que pasar por el estadio Nuevo Vivero. Estoy pensando en traerme una cama aquí...", ríe.

Vázquez asegura que Ambición va a trabajar muy bien el merchandising "especialmente en los bares". Hace unas temporadas, este devoto pacense protagonizó el spot más simpático de la televisión local. Tras la frase "si me tengo que abonar, me abono", se lanzaba en la cabeza un saco de abonar la tierra, pidiendo a los aficionados que apoyaran al Badajoz.

Y surge la interrogante, ¿a quién no le haría el abono? "A Eloy Guerrero sería el que más trabajo me costaría, pero si fuera necesario me presentaría a pedirle el abono". Su sueño sería "ver el estadio hasta la bandera todos los domingos. Estaría dedicado a mi padre, que murió sin ver al Badajoz en Primera. Con la colaboración de toda la gente se podría conseguir. Sería necesario que el ayuntamiento estuviera siempre con nosotros y nos pagara la luz y el agua como mínimo". Sea como fuere, el fútbol extremeño necesita a muchos Antonio Vázquez para resurgir.