Con vivas y aplausos fueron recibidos, poco después de las 11.30 de la mañana de ayer, a la entrada de su pueblo natal, Robledillo de la Vera, los restos mortales de la fundadora de las Hijas de Maria Madre de la Iglesia, Matilde Téllez Robles, beatificada el 21 de marzo por el Papa.

Las reliquias de la monja robledillana llegaron a tierras veratas en una urna, tras ser transportadas desde Plasencia escoltadas por varios vehículos en los que viajaban sacerdotes y seglares de distintos puntos de Extremadura. Al final de la Avenida principal de Robledillo esperaba emocionado todo el pueblo, junto con autoridades comarcales y locales, entre las que se encontraban el vicepresidente de la Mancomunidad de municipios, Marín Pérez, el alcalde anfitrión, Lucas Martín, el grupo local de danzantes, fieles de varias poblaciones de la zona, (Aldeanueva, Jarandilla, Losar, Talaveruela y Valverde), colectivos y asociaciones, como Obispo Manzano, de Jaraíz, que fletó un autobús para asistir a los actos.

Nada más parar el coche que traía los restos de la beata, los congregados lanzaron al aire vivas y aplausos en honor de la monja fundadora de Las azules , como se conoce cariñosamente a las Hijas de María Madre de la Iglesia, mientras otros se agolpaban para tocar la urna que contenía los huesos de la monja, fallecida en Don Benito en 1902.

Seguidamente se inició una procesión con los restos de Matilde Téllez, precedidos por los danzantes, junto con las banderas de España, Extremadura y la propia congregación de las Hijas de Maria, las cuáles fueron portadas por cuatro niños.

CON ALEGRIA Y DEVOCION Los aplausos se volvieron a reproducir cuando la urna fue depositada sobre una mesa, antes de pasar al interior del templo, donde tuvo lugar una eucaristía de acción de gracias. Previamente tomaron la palabra el alcalde de Robledillo, Lucas Martín, y la superiora general del instituto tellista, Nieves Rodríguez, ambos coincidieron en señalar la importancia de la celebración con el regreso de los restos mortales de Matilde Téllez a Robledillo, ciento sesenta y tres años después de su nacimiento. "Madre Matilde vuelve a su pueblo, con los suyos y todos la acogéis con el cariño de siempre", señaló la superiora.

Por último los restos de la beata de Robledillo de la Vera, fueron llevados a su casa natal, para posteriormente iniciar el regreso a Don Benito, después de cubrir un periplo que los llevó a Béjar y Plasencia, antes de recalar en la comarca.