El director de la Agencia Catalana del Agua (ACA), Jaume Solá, ha certificado que el vertido de 25.000 litros de fuel al río Fluviá "es un desastre ecológico".

Mientras, los técnicos continúan con afán su trabajo para retirar el chapapote y los Mossos d´Esquadra investigan la actuación de la fábrica papelera supuesta causante del percance medioambiental.

Solá visitó ayer la zona afectada por el vertido, que ya está cercado y no avanzará más y que comprende un tramo de más de dos kilómetros del río Fluviá, en los términos de Serinyá, Beuda y Besalú, y desde donde hace poco vivía una colonia de nutrias reintroducida de la que no se tienen noticias desde que ha aparecido la contaminación.

Aunque todavía no han aparecido peces y otros animales muertos, los agentes rurales que trabajan en la zona se han mostrado pesimistas y temen encontrar debajo de la capa del combustible vertido el letal resultado del líquido contaminante.

Técnicos de la Generalitat ha inspeccionado la empresa Confirel para esclarecer qué fue exactamente lo que pasó con la seguridad.