El pleno del Congreso aprobó ayer la nueva Ley de Tráfico, que reduce el catálogo de conductas que hacen perder puntos del carné y simplifica el procedimiento sancionador de forma que los conocidos quitamultas, que se aprovechan de la "hojarasca" y la "oscuridad" administrativa, lo tengan "más difícil".

Así lo resumió ayer el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, en su intervención en el pleno de la Cámara, que ha dado el visto bueno a esta reforma y al que ha asistido desde la tribuna de invitados el director general de Tráfico, Pere Navarro.

El objetivo prioritario de la reforma aprobada ayer es minimizar el tiempo que transcurre entre la infracción y la sanción, con el fin de aumentar su carácter pedagógico, como ayer manifestó Alfredo Pérez Rubalcaba. "No multamos por placer -aseguró-, sino para que la gente no vuelva a hacerlo". El ministro del Interior rechazó que la norma, tal como defiende el PP y las asociaciones de conductores, vulnere derechos. "Si un ciudadano comete una infracción y quiere pagarlo lo tendrá más fácil y más barato, y si lo que quiere es recurrir, podrá recurrir mejor", afirmó. Según él, la norma se dirige contra los que pretenden "escabullirse" aprovechando la lentitud de la Administración.

EL EMBARGO Por eso, dentro de seis meses, Tráfico ordenará a Hacienda el embargo de las cuentas de los infractores que dejan que pase el tiempo y ni pagan ni recurren. La intención de la DGT es animarles a que paguen, dado que el 95% de los litigios son favorables a la Administración, y para ello la norma establece un descuento del 50% para abonos rápidos. Además, el importe recaudado se destinará a seguridad vial y ayudar a víctimas de accidentes.

LA SUSPENSION Asimismo, ya no se suspenderá temporalmente el carnet a nadie. La DGT considera que esta medida no es tan efectiva como la pérdida de puntos dado que solo se impedía conducir de uno a tres meses (sanción que muchos no cumplían) y el castigo se revocaba inmediatamente, sin necesidad de examen.

El objetivo del nuevo carnet, según Tráfico, es apartar de la carretera a los conductores temerarios, con lo que no es necesario castigar tan severamente a los que cometen una infracción grave solo una vez.

Por ello, conducir por ejemplo con tasas de alcohol de entre 0,25 y 0,50 miligramos por litro de aire espirado no conllevará la suspensión del carnet.

No obstante, a partir de 0,60 se considera delito y los jueces en el 80% de casos dictan la revocación del permiso durante un año.

Esta reforma, según señaló Juan Carlos Corcuera, del PSOE, intenta subsanar lo "largo y farragoso" del actual procedimiento sancionador, que ha permitido que algunos conductores no sean castigados hasta pasados dos años desde que cometieron la infracción.

No se trata de una ley recaudadora. El importe de las sanciones se mantiene, y el importe por pronto pago pasará del 30 al 50 por ciento", subrayó Corcuera, quien difiere de la opinión del PP, cuyo diputado Federico Souvirón calificó la reforma como "un nuevo reglamento general urgente de recaudación de tráfico a costa de los derechos de los ciudadanos".

El PP quería, entre otras cuestiones, que se ampliara el plazo de alegaciones de 15 a 20 días y que el pago de la multa por "pronto pago" permitiera seguir recurriendo la sanción.

Jordí Jane, de CiU, hizo un balance positivo de la ley y ha mostrado su satisfacción por las modificaciones en materia de velocidad que harán que en Cataluña, por ejemplo, en zonas con límite a 80, sólo se pierdan puntos cuando se rebasen los 130.

Emilio Olabarria, del PNV, consideró la ley, "en términos generales, buena".