Unas 17.000 hectáreas calcinadas y 150 viviendas destruidas son los datos oficiales de los incendios que mantienen en jaque a Atenas por cuarta jornada consecutiva, en un día en que los fuertes vientos han dificultado las tareas de extinción. A media tarde, la brigadas de bomberos habían logrado controlar el foco más cercano a la ciudad, situado a unos 20 kilómetros al noroeste, pero el fuente viento ha reavivado las llamas poco después.

El riesgo de que este fuego se reproduzca obligará a disponer un fuerte retén de guardia en un perímetro de 40 kilómetros alrededor del monte Pendelis, según han informado los bomberos. Sin embargo, la principal preocupación está en el foco sin control situado a 60 kilómetros de la capital griega, donde las llamas ya han llegado al balneario de Porto Germeno.

POSIBLE EVACUACIÓN

La situación en esta zona (Porto Germeno) es tan delicada que las autoridades han pedido a los habitantes que abandonen sus casas, al tiempo que la Marina Mercante ha preparado tres embarcaciones para evacuar a la población si se considera necesario "al caer la noche", según ha anunciado el portavoz del Gobierno griego, Evangelos Antonaros.

Este foco, iniciado en el monte Kitharona, mantiene en vilo a los equipos antiincendios, debido a los fuertes vientos de hasta 70 kilómetros por hora. Las fuertes rachas han inutilizado la valiosa ayuda de los aviones cisterna, que no han podido despegar durante la mañana, por lo que solo los helicópteros han podido luchar contra el fuego desde el aire durante buena parte del día.

NOCHE DE PESADILLA

Los habitantes de los poblados de Maratona, Anthusa, Nea Makri, Dionisos, Pikermi y Rodopolis --al noroeste de Atenas-- han pasado una noche de pesadilla, en alerta junto con las personas desplegadas por tierra para cuidar que no se quemaran sus casas.

"Esta noche salvamos de la catástrofe a nuestras casas, con la ayuda de Dios", han declarado, aliviados, algunos inquilinos en Nea Makri ante las cámaras de diversos canales de televisión esta madrugada.

Los alcaldes de los ayuntamientos que han sufrido serios daños en lo que se califica el peor incendio de los últimos años en la región capitalina han expresado su certeza de que el fuego fue intencionado para edificar en una zona boscosa. También han denunciado la falta de coordinación por parte de las autoridades para apagar a tiempo el primer foco del incendio que se ha convertido en una tragedia.