Estados Unidos, la superpotencia militar hegemónica mundial, se vio obligada ayer a pedir ayuda humanitaria urgente a la Unión Europea (UE) y a la OTAN para poder hacer frente a las secuelas del huracán Katrina . A pesar de que el presidente estadounidense, George Bush, insistió al principio que EEUU podía resolver la situación por sus propios medios, la Administración ha tenido que admitir su incapacidad para afrontar la catástrofe en solitario después de que las televisiones de todo el mundo mostraran cómo los ciudadanos norteamericanos afectados habían quedado abandonados a su suerte durante varios días.

EEUU ha pedido a la OTAN raciones alimenticias preparadas, material médico, botiquines de primeros auxilios y numeroso material logístico, como generadores eléctricos, medios de transporte para abastecimientos, tiendas de campaña y sillas de inválidos, según precisaron a este diario fuentes atlánticas.

PRIMEROS ENVIOS El Centro Euroatlántico de Coordinación de la Respuesta a los Desastres de la OTAN, en el que participa Rusia, está organizando la respuesta de los distintos países aliados. Alemania, Gran Bretaña y Rusia estaban preparando ya el envío de los primeros contingentes de raciones alimentarias preparadas a EEUU, añadieron las citadas fuentes.

Washington también pidió ayer formalmente a la UE a través de la delegación que la Comisión Europea tiene en Washington la primera lista de la ayuda urgente: botiquines, mantas, camiones para llevar agua y raciones alimenticias preparadas, según fuentes oficiales.

Mientras, los equipos de rescate trabajaban ayer a todo gas en Nueva Orleans en busca de víctimas del Katrina , en Washington el presidente de EEUU, George Bush, reforzó la operación de salvamento de su imagen, hundida por su lenta respuesta a la crisis. De entrada envió a su plana mayor a la zona, que hoy volverá a visitar personalmente, tras su gira del viernes.

El secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, acompañado por el presidente del Alto Estado Mayor, general Richard Myers, llegó a Nueva Orleans, siguiendo los pasos del secretario de Seguridad Nacional, Michael Chertoff. Además, Bush envió a la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, a Alabama, su estado natal.

La misión de Rice no era sólo comprobar en directo los estragos del huracán. Apoyada en su etnia negra, debía además templar los ánimos y salir al paso de las críticas de líderes como el reverendo Jesse Jackson, que achacaron la deficiente respuesta a la falta de interés del Gobierno por unas víctimas en su mayoría negras y pobres.

NUEVOS REFUGIADOS "Nadie, especialmente el presidente, habría dejado a gente sin atender en base a su raza", afirmó la secretaria de Estado en Mobile (Alabama). Además, explicó que unas 70 naciones han donado ya más de 100 millones de dólares a la Cruz Roja americana para las víctimas del Katrina, mientras otras han ofrecido ayuda humanitaria de todo tipo, desde helicópteros a alimentos.

Ayer se finalizó la evacuación del Superdome, el estadio de la anegada Nueva Orleans donde miles de personas soportaron durante casi una semana condiciones infrahumanas. También estaba casi concluida la evacuación del Centro de Convenciones de la ciudad, aunque el secretario de Seguridad Nacional, Michael Chertoff, advirtió de que nuevos refugiados seguían presentándose en el centro.

CASA POR CASA Desde ayer la prioridad de los equipos de rescate es peinar casa por casa en busca de supervivientes de la catástrofe o, más probablemente, de sus cadáveres. Chertoff eludió mencionar cifras de muertos, pero el secretario de Salud y Servicios Sociales, Michael Leavitt, declaró a la televisión CNN que "serán miles", ya que hay cuerpos por todas partes, en áticos, flotando o abandonados en las autopistas.

"Tenemos que preparar a la nación para lo que nos espera", advirtió Chertoff. "Vamos a descubrir a gente que murió escondida en sus casas, atrapados por la inundación, y será la peor escena que uno pueda imaginar", dijo a la cadena Fox.

BROTE DE DISENTERIA EN BILOXI El fantasma de otra calamidad se alzó ayer en el estado de Misisipí, uno de los estados más afectados por el huracán Katrina , donde las autoridades sanitarias alertaron del grave riesgo de epidemias. Cientos de personas debieron ser evacuadas de un refugio en la ciudad de Biloxi a causa de un brote de disentería, una enfermedad infecciosa que provoca fuertes diarreas. "Esto no es un desastre, es una catástrofe", dijo Bob Trabnicek, director sanitario del condado de Harrison, en Biloxi, donde se han contabilizado ya 100 víctimas mortales del huracán.