La estampa del puerto de Mahón no habría pasado ayer el control de calidad del departamento de Turismo de la isla. Cuando José Luis Rodríguez Zapatero y su esposa, Sonsoles Espinosa, empezaron lo que tenía que ser un idílico paseo de apenas 200 metros, se habían invitado a la postal un barco de 2.000 pasajeros, una fragata y una golondrina de turistas. Ante ese telón de fondo, el presidente inauguró oficialmente sus vacaciones revelando que Pasqual Maragall, también veraneante en la isla, le ha invitado a pescar atún rojo. Y luego admitió que, de momento, ha fracasado en otra pesca: la de la tranquilidad.

El primer día de vacaciones empezó ayer para Zapatero a las seis de la mañana con los varapalos de la COPE, que no cesaron hasta que su mujer pudo sintonizar la SER. Luego el presidente llegó al puerto de Mahón con su sonrisa-talante intacta, aunque sin decir el monto del alquiler de la casa y calificando de exageradas las cifras publicadas. Lucía un polo, tejanos y mocasines de ante que habían sido un regalo de cumpleaños de su esposa. ¿Más obsequios? Unas maletas y una postal hecha por ordenador de las niñas, Laura y Alba. Sonsoles --"sin acento", recalcó-- aportó al paseo un moño estilo Sara Montiel. El matrimonio avanzó lentamente, dejándose fotografiar por algunos fans. Eran pocos, pero entusiastas. Luego, debían invitar a una cerveza a los periodistas pero acabó siendo una ronda de agua. Sentado en el puerto, Zapatero dijo que no le importaban las comparaciones con las vacaciones de Aznar.

LETIZIA Y FELIPE, CON CALMA Veleros de día y alguna copita de noche. Felipe y Letizia disfrutan del veraneo de Palma con mucha calma para disgusto de especuladores y analistas de la cosa regia.