Las series televisivas que se emiten en horario de protección infantil desautorizan a los padres y trivializan asuntos como el consumo de drogas y las relaciones sexuales, según el estudio "Qué menores ven nuestros menores en televisión" de la Asociación de Usuarios de la Comunicación.

Este estudio ha sido elaborado para el Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid con el fin de identificar las imágenes que se ofrecen a los niños y adolescentes y determinar qué valores se desprenden de las mismas, según ha informado hoy la institución regional.

Se han analizado varios capítulos de 87 espacios televisivos durante de ocho meses, tanto protagonizados por menores como los que tienen a los menores como público objetivo.

El estudio concluye que se trivializa el tratamiento de aspectos como las relaciones sexuales de los adolescentes, incluso con adultos, o el consumo de drogas, especialmente el alcohol, "que se convierten en un rasgo imprescindible y rutinario de las relaciones entre iguales, sin que suelan aparecer referencias a las consecuencias que pueden provocar estas prácticas".

Estas características "se reflejan claramente", según el informe, en series como Física y Química o HKM.

El estudio explica que tanto en la programación infantil como en la juvenil se cuestiona la figura paterna y de los adultos en general.

"Muchos padres son presentados como inmaduros, egoístas e ignorantes" en series como Los Simpson, HKM o Padre de familia, y "sus normas y límites son presentados como reglas más o menos arbitrarias que pueden y deben transgredirse", detalla.

Otra de las conclusiones es que la programación dirigida al público más infantil presenta una visión "excesivamente autónoma de la infancia", como si los menores vivieran en un mundo autosuficiente en el que el adulto solo aparece de modo secundario y, en algunos casos, amenazante. El estudio cita las series animadas Little Einsteins, Pocoyó o Juan y Tolola.

La figura del menor "es utilizada muchas veces como excusa para ofrecer puntos de vista adultos", con "temas y situaciones claramente perjudiciales para el desarrollo de los niños". Aquí pone como ejemplo Los Simpson y, muy especialmente, Padre de Familia o American Dad, sobre las que destacan que son muy seguidas por niños y adolescentes.

El estudio señala asimismo que el miedo asociado a protagonistas infantiles y juveniles había perdido relevancia en los últimos tiempos, pero ahora vuelve a través de series como El Internado o Hay alguien ahí.

Destaca también que la violencia es "muy intensa y explícita" en las series japonesas, como Bola de Dragón y sus derivaciones.

El Defensor del Menor, Arturo Canalda, ha incidido en que los menores ven mucha televisión y hay un alto consumo vespertino (entre las 17:00 y las 20:00 horas) y nocturno, momento en el que hay más menores frente a la pantalla (de 20:00 a 24:00).

El estudio confirma que "la imagen que los menores reciben de sí mismos a través de la televisión está claramente condicionada por los intereses del mercado audiovisual y no se inscribe generalmente en modelos pedagógicos relacionados con la edad".

Por eso insta a los poderes públicos, en combinación con la industria audiovisual, las instituciones y la sociedad civil, a garantizar para los menores "una programación televisiva de calidad, que transmita valores, minimizando lo más posible cualquier posible efecto negativo en un tramo de edad tan importante para la formación del individuo".