Tener hijos fuera del matrimonio ya no es ninguna novedad. De hecho, uno de cada cinco nacimientos registrados en Extremadura durante el 2005 correspondió a madres solteras o que ya no mantienen ningún tipo de vinculación conyugal. Es más, se trata de una tendencia que está en alza, tanto en la región como en el conjunto del país.

Los últimos indicadores demográficos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) constatan el cambio social que está sufriendo España, en general, y la comunidad autónoma en particular. Así, el porcentaje de nacimientos de madres no casadas se ha disparado desde la llegada de la democracia. En el año 1975 la tasa de hijos fuera de la unión conyugal suponía el 1,1% de todos los partos, mientras que en el 2005 la cifra ha alcanzado al 19,27%.

Sin embargo, Extremadura se encuentra a la cola --es la comunidad autónoma con menor proporción de casos-- de una tendencia que ha ido aumentando gradualmente año tras año. En el conjunto de España los nacimientos fuera del matrimonio ya suponen uno de cada cuatro alumbramientos (26,57%), mientras que hay situaciones más extremas como la de Canarias, donde prácticamente la mitad (46,6%) de las madres dan a luz a sus hijos sin haber pasado por la vicaría o el juzgado, o bien se trata de mujeres separadas, divorciadas o viudas.

De esta forma, de los 10.010 niños nacidos en el 2005 en la región, 1.928 llegaron al mundo sin unión conyugal entre sus progenitores, mientras que tres décadas antes apenas fueron 182 (de un total de 16.273).

Las causas que están detrás de esta circunstancia, según Eduardo Hertfelder, presidente del Instituto de Política Familiar en España, son la inmigración y la crisis del concepto de familia. Bajo su punto de vista, parte de los extranjeros que llegan a España proceden de un entorno cultural donde tener hijos fuera del matrimonio "no está mal visto".

Motivo Esto explicaría, según advierte, el hecho de que Extremadura tenga el porcentaje más bajo de recién nacidos de madre sin compromiso. "Se trata de una de las regiones con la tasa de inmigrantes más bajas y existe una correlación entre un fenómeno y otro. No es el único motivo, pero sí un factor muyimportante, asegura.Pero además, Hertfelder consideraque se está produciendouna pérdida de los valores queantes rodeaban almatrimonio ya la familia: “Ha ido extendiéndoseun sentido peyorativo de lafamilia como lugar de opresiónde los individuos, y de ahí losdistintos fenómenos a los que estamosasistiendo: incremento delos divorcios y separaciones, retrasoen la edad de matrimonio,cada vez menos bodas, aumentode los partos no deseados...”.En este sentido, lo cierto esque elmatrimonio no pasa porsu mejor momento, a tenor de loque muestran las cifras. En losúltimos 30 años el número deenlaces se ha reducido y la tasade nupcialidad –número de enlacespor cada mil habitantes–ha descendido un punto, alpasarde 5,29 a 4,29 uniones pormillar de habitantes. Esto tambiénse ha reflejado en el volumentotalde compromisos: en el2005 se casaron en la comunidad5.275 parejas, la cifra másbaja de las tres últimas décadasy casi 2.500 menos que en 1975.Además, en este tiempo laedad media alprimer matrimoniose ha retrasado en cuatroaños en Extremadura –ahora loshombres lo hacen a los 30 y lasmujeres a los 28– y también seha producido un incremento delas separaciones y de los divorcios.Tan solo durante el 2005 secontabilizaron en la región1.329 divorcios –en este caso espoleadospor la entrada en vigorde los procesos judiciales rápidospara este tipo de rupturas– y1.052 separaciones.