La batalla contra la abstención cosechó ayer un éxito relativo en España, al mantenerse la participación en un porcentaje similar al de hace cinco años: 46% frente al 45,14% del 2004. Este leve incremento contrasta con lo sucedido en los otros grandes países de la UE, donde la abstención creció sin excepciones, incluida Italia --la participación en las elecciones es obligatoria para los empleados públicos--, y sitúa a España más de 2 puntos y medio por encima de la participación media en el resto de los países miembros de la Unión Europea.

POR DEBAJO DE LA MEDIA A diferencia de la media española, la abstención en Cataluña subió con relación al 2004 y se situó en el 62,46%, el 2,26% más que en la convocatoria anterior y más de 8 puntos por encima de la media española. Solo Baleares (con una participación del 36%), Melilla (con un 34,6%) y Ceuta (con un 32%) registraron una participación inferior.

De las autonomías en las que el PP ha salido vencedor, Cantabria, Castilla y León, la Comunidad Valenciana, La Rioja y Madrid han superado con creces el 50% de participación, mientras que solo lo ha hecho Extremadura entre las que han dado la victoria al PSOE.

En el País Vasco, la participación se situó ligeramente por debajo de la media con el 41,96%, 2,6 puntos menos que en el 2004. La caída fue similar en los tres territorios históricos y se concretó en un empate técnico entre PNV (28,54%) y PSOE (27,61). La suma de votos blancos y nulos apenas rebasó el uno por ciento y no tuvo la misma relevancia que en las últimas elecciones legislativas.

AFLUENCIA En general, el PP salió favorecido tanto en las comunidades autónomas donde aumentó la afluencia a las urnas como en aquellas donde fue similar a la de hace cinco años. Y en las que subió claramente la abstención, se mantuvo dentro de los porcentajes del 2004, cuando quedó, como ahora, por detrás de los socialistas y de CiU, y por delante de ERC.