Jessica Moreno Nevado, de 17 años y estudiante de 2 de Bachillerato en el IES Alagón de Coria, viajaba junto con su hermana Zulaica en el autobús siniestrado. Ambas realizaban la misma ruta de lunes a viernes, se iban sobre las ocho de la mañana y regresaban después de las clases sobre las tres de la tarde, aunque ayer fue un día excepcional que nunca olvidarán.

Jessica Moreno, más preocupada por su hermana que por ella, dice que notó zarandearse el autobús hacia la derecha y que todo sucedió muy rápido. Después de algunos segundos, abrió los ojos y vió que el suelo había pasado a ser el techo del vehículo y viceversa. "Todo estaba boca abajo" dice y añade que está convencida que esto ha sido un milagro de la vida porque, "no me puedo creer que nos hayamos salvado".

Después de levantarse ella misma del suelo y salir de debajo de la carrocería del autobús apartando hierros, cristales, asientos, mochillas y libros, tuvo la tranquilidad para coger su teléfono móvil y llamar a su abuela: "Abuela mi autobús ha volcado, nos salimos de la carretera".

Su abuela Custodia León, que se enteró del suceso casi antes que nadie, asegura que no daba crédito a las palabras de su nieta pero lo primero que hizo "fue dejarlo todo y salir corriendo en busca de ella". No obstante Jessica trataba de tranquilizar a su abuela diciéndole que había podido llamarle porque estaba bien y no tenía heridas graves. A pesar de la tragedia la joven sufrió una contusión en la rodilla aunque la joven sólo pensaba en su hermana Zulaica.