Uno de cada cinco alumnos extremeños sufre acoso escolar. Así lo afirma el estudio Cisneros X: Violencia y Acoso Escolar en España , el más extenso de los realizados sobre este asunto hasta la fecha. Este informe eleva en gran medida las estimaciones que se habían realizado hasta el momento en la región y sitúa en casi 37.000 las víctimas .

Pese a todo, esta elevada tasa de acoso escolar (afecta al 20% de los alumnos) es la tercera más baja de España, puesto que únicamente supera la incidencia que se registra en Canarias (19,1%) y Aragón (18,20%) y está por debajo de la media nacional (23%). En el extremo contrario se sitúan las comunidades donde este problema está más extendido, que son Andalucía (27,7%), País Vasco y Navarra (25,6%), y Cantabria y Asturias (23,6%).

El estudio ha sido dirigido por Araceli Oñate, directora del Instituto de Innovación Educativa, y por Iñaki Piñuel, profesor en la Universidad de Alcalá de Henares y director del Mobbing Research (Investigación del Acoso).

El análisis de las respuestas facilitadas por 25.000 alumnos de toda España permite a estos investigadores alcanzar varias conclusiones. La primera, y una de las más sorprendentes, es que el también denominado bullying afecta en mayor medida a los niños más pequeños.

DESCENSO CON LA EDAD Así, la mayor tasa --en torno al 40%-- aparece entre los que cursan segundo de Primaria (cuando tienen entre 6 y 7 años), y a medida que crecen la ratio disminuye de forma paulatina. Para el profesor Iñaki Piñuel estos datos evidencian "la eficacia de la escuela como ámbito para reducir estos comportamientos y ayudar a combatir la violencia".

También ha quedado claro que la elección de las víctimas es casual. Es decir, que no influyen el sexo --la incidencia entre niños y niñas es muy similar--, la raza o la tendencia sexual. Y es que el acoso escolar surge de los hechos teóricamente más nimios, como una nota que destaca --ya sea por encima o por debajo-- o una equivocación llamativa --incluso fuera de clase--.

A la hora de justificarse, los acosadores --un grupo englobado por el 40% de los estudiantes-- señalan como principales excusas, por este orden, que fueron "provocados", que querían gastar una broma, que pretendían no sufrir ellos el bullying o que el objetivo era "pasar el rato".

Sin embargo, la percepción de los acosados es menos clara y la mayoría asegura que desconoce la causa de los ataques. Un 9,9% opina que el motivo es simplemente "por ser molestados" y un 7,6% culpa a la envidia.

Una vez seleccionada la víctima lo más habitual en Extremadura, como ocurre en la mayoría de las regiones, es que el agresor opte por el hostigamiento y el bloqueo social.

TECNICAS DE ACOSO Para ello recurre a poner motes desagradables, instiga al resto para que nadie hable a las víctimas, les insultan delante del resto de los compañeros y les acusan de cosas que no han hecho. Los efectos se dejan ver de forma inmediata y se traducen en la disminución del rendimiento escolar, el aislamiento social, el incremento del absentismo escolar y una grave alteración de la conducta (con ataques de rabia y de pánico y miedo a ir al colegio).

Uno de los principales problemas del bullying en estos momentos es, según Iñaki Piñuel, la "banazalización" de la violencia psicológica, que es la más habitual --las agresiones físicas llegan a menos de la mitad de los acosados-- y que puede generar graves consecuencias. Más del 50% de las víctimas presentan síntomas de estrés postraumático (sufren pesadillas, ansiedad, temblores, flash backs ), a los que suman síntomas de depresión, mala imagen de sí mismos... y un 15% admite ideas suicidas recurrentes.

Piñuel tiene claro que todas estas alteraciones de comportamiento, cognitivas y psicosomáticas, pueden "arrastrarse hasta la vida adulta".

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