Antonio Ortiz es una de esas persona a las que les gusta ayudar a los demás. El se ha encargado de que a Extremadura no le falte una Fundación Oncológica, que hasta el momento no existía en la región y que atiende fundamentalmente a los niños. Entusiasmado con la iniciativa, Antonio recuerda la lucha que el emprendió con la enfermedad y asegura que con ánimo y fuerzas no es difícil salir de este oscuro y fatigoso trance.

-- ¿Cómo nace la Fundación Oncológica infantil en Extremadura?

--Nace a raíz de que a uno de mis hijos, al más pequeño, le diagnosticaron una leucemia. Al no haber planta de oncología en la región, nos mandaron a Madrid, donde le pusieron un tratamiento y donde entramos en contacto con una asociación que se volcaron en que nuestra estancia fuera lo más cómoda posible. Cuando nos enteramos de que habían abierto una planta de oncología pediátrica en Badajoz fuimos a visitarla, y vimos que lo que aún no se había puesto en marcha en Extremadura era esa entidad que de tanta ayuda nos sirvió en Madrid. Esto fue a finales del 2006, y fue entonces cuando empezamos a planteamos la posibilidad de crear la Fundación Oncológica Infantil Extremeña ´Icaro´. Lo hablamos con personas que trabajan en la planta y les pareció una buena idea. A partir de aquí nos pusimos a trabajar para que se pusiera en funcionamiento.

-- ¿Qué significa para usted formar parte de la primera fundación oncológica extremeña?

--En dos palabras: ilusión y esperanza.

-- ¿Cuáles son sus objetivos?

--Los puntos básicos son garantizar una atención psicosocial y educativa del menor y su familia durante la enfermedad, y la creación de los servicios necesarios para la recogida de sangre del cordón umbilical. Con esto se puede salvar la vida de un niño y en Extremadura todavía no se ha extendido su uso, por lo que nos parecía interesante que se hiciera.

-- ¿Qué actividades prevén llevar a cabo?

--En principio nos centraremos en buscar alojamiento en caso de que el niño requiera ser hospitalizado en un centro fuera de la región. También estamos perfilando actividades de ocio y tiempo libre con el hospital y otras culturales y educativas, aunque antes tenemos que firmado el convenio con él. El resto de actividades están aún por determinar porque dependemos del número de voluntarios con el que contemos en la fundación.

-- ¿Estáis recibiendo ayuda de alguna institución extremeña?

--Por el momento solo hemos accedido a una subvención de la Diputación de Badajoz. No hemos recibido ayuda por parte de ninguna institución pública o privada porque no éramos una fundación en sí hasta finales del mes pasado. A partir de ahora pretendemos iniciar contactos con empresas que apuesten por nosotros.

-- ¿De qué manera os daréis a conocer para conseguir el mayor número de voluntarios?

--A partir de septiembre haremos una campaña de divulgación y sensibilización del cáncer infantil en los colegios, tanto públicos como privados, en colaboración con las Asociaciones de padres e instituciones. Prepararemos carteles, dípticos, trípticos para captar la atención con personas con ganas de trabajar. También a través de los teléfonos 924552401 o 648261615 y por el e-mail: anobatelefonica.net . Nuestra intención es formar a cada uno de los voluntarios antes de ponerse en contacto con cada uno de los niños.

-- ¿Cómo vive un padre un cáncer de su hijo?

--Es como si desapareciera el suelo de tus pies cayendo a una velocidad de vértigo.

-- ¿Y cómo se afronta algo así?

--Es bastante difícil. Fácil no va a ser nunca.

--Un mensaje para estos niños...

--Tanto a ellos como a sus padres, que nunca tienen que perder la esperanza, porque lo que los padres transmiten a los niños es fundamental. Si los padres se sienten deprimidos, el niño lo capta y eso le hace sentirse peor. Si, por el contrario, los niños ven que sus padres están luchando, consiguen salir adelante.