Qusai, el hijo menor y heredero político de Sadam Husein, puede haber salido ileso del feroz bombardeo del pasado lunes contra una casa del barrio bagdadí de Al Mansur, que EEUU lanzó para asesinar al dictador iraquí y a sus dos hijos. Una pareja vecina del barrio vio a Qusai tras el ataque, cuando huía en un Peugeot 306. "Estoy seguro de que era él, estaba sentado en el lado de los pasajeros, con un fusil AK-47", dijo el hombre. Su compañera, que afirmó conocer a Qusai por haberlo visto en persona anteriormente, confirmó que éste iba en el asiento de los pasajeros.

"Tuve una subida de adrenalina" al recibir la orden de atacar, confesó el hombre que arrojó las cuatro enormes bombas de 960 kilos cada una, para asesinar a Sadam. El teniente coronel Fred Swan, operador de sistemas de armas ofensivas, era uno de los cuatro miembros de la tripulación del bombardero B-1 que llevó a cabo el ataque.

El resultado de la intervención aérea fue la destrucción de cuatro edificios, reducidos a un cráter de 20 metros de profundidad. El B-1 tenía asignada otra misión y acababa de repostar en vuelo cuando recibió la orden de ataque.