En los cuentos de hadas del futuro aparecerán parejas gays, adopciones internacionales, parejas interraciales, princesas con un pasado (o con dos) y príncipes que se ponen la tradición por montera y suben al altar por amor. La monarquía actual se ha contagiado de esa fiebre demoledora de los patrones clásicos. Los futuros reyes del siglo XXI --nacidos de las uniones entre herederos de la más exquisita sangre azul con jóvenes plebeyas, pero sobradamente preparadas-- formarán la primera generación de soberanos mestizos, es decir, mitad plebeyos, mitad royals.

Mujeres en el trono

Por si fuera poco, si se confirma la tendencia de que el primogénito de los príncipes herederos sea una niña, todos los reinos de la Europa continental tendrán a una mujer sentada al trono después de que España cambie la ley que da prioridad al hombre.

En este nuevo ambiente, el primogénito de Felipe y Letizia compartirá bodas, bautizos y comuniones con los otros hijos del baby boom que viven estos días las monarquías. El anuncio del embarazo de la princesa de Asturias casi ha coincidido con los comunicados de las casas reales de Bélgica, Noruega y Dinamarca. El aviso, el pasado 25 de abril, de que la princesa María, esposa de Federico de Dinamarca, esperaba el nacimiento de su primer hijo para el mes de octubre volvió a a disparar los radares de embarazos reales en España.

El test de Mette-Marit

El heredero del trono danés y la abogada australiana contrajeron matrimonio sólo una semana antes que los Príncipes. Y, como sucede con las amigas, las princesas también se embarazan en cadena. Lo corroboró el mismo día el predíctor reincidente de Mette-Marit, redimida de sus pecadillos de juventud con una intachable hoja de servicios como princesa. La esposa de Haakon de Noruega dará a luz a su tercer hijo, el segundo de su actual matrimonio, el próximo mes de diciembre. La princesa Ingrid Alexandra, su primera hija en común, nació en enero del 2004.

Felipe y Matilde de Bélgica, la más veterana de las parejas reales europeas, esperan su tercer vástago para octubre, que se sumará a la primogénita Isabel Teresa, de 3 años, y a Gabriel, de 20 meses.

Los holandeses Guillermo y Máxima, por su parte, cumplieron el deber de continuar la dinastía en diciembre del 2003, con el alumbramiento de la pequeña Amalia. La princesa, hija de un ministro de la dictadura argentina, está embarazada de seis meses.

Los vientos de cambio incluso han alcanzado el hermético reino de Marruecos. Lala Salma, la esposa informática del rey Mohamed VI, fue la primera mujer de un soberano alauí que mostró el rostro en público. La circuncisión del hijo de ambos hace unas semanas, Mulay Hassan, de 2 años, fue decretada fiesta nacional.

Pero por más mezcla de sangres que se dé en las cortes, la sucesión de maternidades reales asegura al primogénito de los Príncipes de Asturias compañeros de juego de su misma condición social.