Quedaban pocos minutos para la una de la tarde cuando el socialista Angel Calle recogía de manos del concejal Francisco Robustillo (del PP y el edil de mayor edad de la renovada corporación) la vara de mando que le acredita como nuevo alcalde de Mérida tras doce años de gobierno municipal del popular Pedro Acedo.

El acto de constitución del consistorio emeritense transcurrió como estaba previsto, sin sorpresas, y a pesar de las buenas formas de los líderes tanto del nuevo gobierno como de la oposición --formada por los 12 ediles del PP-- sorprendió la dureza del fondo de los discursos.

Entre las notas llamativas destacaron el escenario --700 personas abarrotaron el Centro Cultural Alcazaba--, la ausencia del alcalde saliente, Pedro Acedo, y la presencia del presidente electo de la Junta, Guillermo Fernández Vara. Además, se hizo pública la renuncia del concejal del PP Manuel Gámez, que no llegó a tomar posesión de su escaño y cuyo lugar ha ocupado Gema Fernández, una joven de 21 años que estudia Ingeniería Técnica de Telecomunicaciones.

El primer discurso de Angel Calle como alcalde giró en torno a cuatro pilares "que no son casuales", según explicó. En concreto, el edil se centró en la participación ciudadana, el "valor de la política", su "pasión" por Mérida y lo que denominó "regeneración democrática".

SIN CRISPACION Fue precisamente en este último apartado en el que lanzó los mensajes más duros contra el gobierno saliente, aunque no realizó alusiones directas. Calle dejó claro que "desde hoy mismo" la capital extremeña debe "recuperar la normalidad democrática" y dejar de ser "un foco de crispación y bronca política".

En este sentido, se marcó como uno de sus objetivos "que nadie vuelva a sufrir por su actividad política" y arremetió, sin citarlo, contra el lema utilizado por la candidata popular, Pilar Vargas, durante su campaña, "De Mérida": "Yo nunca abonaré el peligroso juego de los de aquí y los forasteros", apostilló el dirigente socialista. Por otra parte, se comprometió a que la oposición disponga para desarrollar su trabajo de "los medios y la infraestructura municipal" que necesite.

En cuanto a la participación ciudadana, resaltó su respaldo al "movimiento asociativo" y vecinal, al tiempo que insistió en que quiere que su política suponga una bajada "de los despachos a la calle". Por último, reiteró que "todos los distritos tendrán los mismos servicios y equipamientos sociales".

Por su parte, la líder de la oposición, Pilar Vargas, destacó la figura del alcalde saliente, así como la labor desarrollada por el gobierno del PP durante los últimos 12 años. Un trabajo, dijo, que ha abierto "un abanico de fascinantes posibilidades de futuro en la ciudad". En esta línea, resaltó la situación en que se encuentra Mérida en la actualidad, a su juicio "una ciudad más amable, limpia y atractiva" que cuando los populares llegaron al consistorio.

Tanto es así, remarcó la portavoz de la oposición, que incluso han dejado encarrilados importantes proyectos de futuro, entre los que citó algunos como la Ciudad Deportiva, el centro comercial y de ocio del Hernán Cortés o el geriátrico, lo que supone "la semilla del futuro". "Dejamos el listón muy alto", avisó.

Sobre cuál será el papel del PP a partir de ahora en el ayuntamiento, dejó claro que en los próximos 4 años los 12 ediles populares llevarán a cabo "una oposición firme, seria, respetuosa y siempre pensando en el interés de los ciudadanos". Así, anunció que apoyará aquello que proponga el PSOE "que sea bueno para la ciudad", aunque también "exigiremos que cumplan sus compromisos electorales", añadió Vargas.