Francia cerró el 2007 con una inflación interanual del 2,6%, la más alta desde el 2004, después de que el IPC subiera cuatro décimas en diciembre. Francia sigue teniendo una de las inflaciones más bajas de la UE, solo por detrás de Finlandia, Eslovaquia, Suecia e Italia. La tasa media sobre el conjunto del año fue del 1,5%, dos décimas menos que en el 2006. El mal dato de diciembre (0,4%) se debe a los alimentos no frescos, los lácteos, los huevos, las carnes y materias primas como el cacao y el café. Los economistas prevén un alza media del 2,5% en el 2008. El Gobierno mantiene la previsión oficial del 1,6%. En los tres meses del 2007, la aceleración del IPC ha sido la más alta desde los 90, con una influencia negativa en el poder adquisitivo de los salarios en el cuarto trimestre. El poder adquisitivo es la máxima preocupación de los franceses. En un sondeo de LH2 del día 7, un 62% creía que Sarkozy no había tomado medidas adecuadas para mejorar el poder adquisitivo. Los sindicatos plantean para febrero "movilizaciones interprofesionales" en favor del poder adquisitivo.