No es imprescindible estar en la cuerda floja para recurrir a un instrumento tan drástico como el despido colectivo. La compañía Cetarsa va a presentar un expediente de regulación de empleo (ERE), que afectará al 20% de su plantilla, a pesar de que acumula siete años seguidos de beneficios: entre el 2003 y el 2009 la sociedad pública suma un superávit de casi 25 millones de euros.

Como adelantó EL PERIODICO EXTREMADURA en su edición de ayer, la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) ha planteado a los sindicatos la aplicación de un ERE en Cetarsa que supondrá la salida de la empresa de 120 de sus 567 trabajadores actuales y el cierre de la planta de fermentación existente en Coria. SEPI, que cuenta con el 79% del capital de la compañía tabaquera --el resto corresponde a Altadis--, se lo comunicó el lunes a los dirigentes de las federaciones sindicales representadas en Cetarsa. Hoy se lo trasladará y detallará al comité intercentros de la empresa en una reunión que se celebrará en Madrid.

SEPI ha justificado la medida en la necesidad de ajustar las cuentas de Cetarsa ante la pérdida de subvenciones por la aplicación de la política comunitaria sobre el cultivo del tabaco y, sobre todo, para poder compensar el esfuerzo financiero que se va a realizar este año para duplicar el precio a pagar a los agricultores. El objetivo es mantener en positivo el balance de cuentas en un ejercicio en el que Cetarsa tendrá que desembolsar el doble por la compra de tabaco en rama --ha pactado con los productores unos precios próximos a los 2,44 euros por kilo de la variedad virginia, frente al 1,10 de la campaña anterior--. De esta forma pretende conservar la senda de solvencia económica que viene registrando la compañía en estos siete años.

De acuerdo con los datos que maneja SEPI, la compañía tabaquera ha cosechado beneficios ejercicio tras ejercicio desde el 2003. Concretamente fue el 2002 el último año con pérdidas. Entonces Cetarsa perdió 8,9 millones de euros, un balance negativo resultante de la aplicación de un ERE que afectó a 570 trabajadores. Solo en indemnizaciones a los empleados afectados la empresa tuvo que desembolsar 22,4 millones de euros.

Desde entonces hasta hoy, Cetarsa siempre ha registrado ganancias: 5,5 millones en el 2003, 3,8 millones en el 2004, 2,3 millones en el 2005 y por encima de los 3 millones entre el 2006. En el 2009, a la espera de que la compañía haga público los resultados, el superávit ronda los 3,2 millones de euros, según los datos provisionales que manejan los sindicatos.

REDUCCION DE GASTOS Esto ha sido posible, en buena medida, gracias a la política de recorte de gastos que viene aplicando en este periodo la sociedad pública. Como recoge SEPI en sus informes anuales, Cetarsa ha ido conjugando las oscilaciones del mercado --tanto de precios como de producción-- con una política de eficiencia que le ha llevado a reducir los consumos de agua o electricidad --entre otros--, pero también los gastos en personal. Así, estos últimos han pasado de 13,5 millones de euros en el 2005 a los 12,9 del 2008 --último dato disponible--.

Para ello la principal medida ha sido el recorte progresivo de empleo. De la plantilla de 670 personas que trabajaron en la empresa en el 2005 se ha pasado a los 567 actuales. Es decir, en cinco años se ha prescindido de un centenar de personas, una cifra muy próxima al número de puestos de trabajo que se pretenden suprimir ahora con el nuevo ERE --120--. Además, como apuntan los sindicatos, se ha ajustado al máximo la contratación de los trabajadores fijos discontinuos, que en algunas campañas apenas han llegado a trabajar tres meses. Este tipo de medidas ya había originado algunas protestas laborales en el seno de la plantilla, como ha ocurrido precisamente en Coria los dos últimos años.