Cientos de personas han despedido esta mañana a los tres obreros extremeños, dos vecinos de Ceclavín y uno de Valdencín, que murieron el miércoles tras sufrir un trágico accidente laboral en Burgos. Los primeros en recibir sepultura en el cementerio ceclavinero fueron Lorenzo Tomé Amores y Mariano Rodríguez Chaparro, cuyos féretros fueron trasladados en hombros por amigos y familiares desde el tanatorio hasta la iglesia de Santa María del Olmo.

Entre el gran número de personas asistentes se encontraban el Subdelegado del Gobierno, Fernando Solís, así como alcaldes y concejales de los distintos pueblos de la zona y el presidente de la Mancomunidad Rivera de Fresnesdosa, José Antonio Delgado.

Dos horas después, el escenario se trasladaba hasta la iglesia de Santa Teresa de Valdencín, donde a las doce en punto llegaba el coche fúnebre que trasladaba los restos mortales de Ángel Rubio González acompañado por familiares, entre ellos su esposa Isabel, totalmente abatida. Además, han sido numerosas las muestras de condolencia transmitidas a las familias de las víctimas por parte de numerosos ayuntamientos de la región, así como del Gobierno de Extremadura.