La primera manifestación en Extremadura contra las medidas económicas para salir de la crisis del Gobierno acabó con la misma afirmación con la que empezó: habrá huelga general el 8 de junio. Así lo aseguraron los sindicatos convocantes a esta primera jornada de protesta que se celebró de forma simultánea en Cáceres y Badajoz, frente a las delegaciones del Gobierno.

Ayer los funcionarios fueron los protagonistas de sendas concentraciones contra los recortes de Zapatero, que prevén rebajar el sueldo a los empleados públicos hasta un 5%. Más de 2.000 personas --más de mil en cada ciudad, según estimaciones de la policía, poco alejadas de las que hacían los convocantes-- se congregaron en las dos capitales de provincia a las siete de la tarde, a la misma hora que el Gobierno central aprobaba y matizaba en el Congreso las medidas anunciadas días antes, "desmedidas y desproporcionadas", según los manifestantes.

Los sindicatos convocantes, CCOO, UGT y CSIF, lograron reunir a sindicatos menores y sectoriales de enseñanza, como PIDE o ANPE, de sanidad y de policía, como CEIP, SUP y UFP, entre otros. No asistieron los 90.000 empleados públicos a los que se llamó a la rebelión días antes, pero los encuentros superaron las expectativas de los convocantes puesto que "el funcionariado es reacio a manifestarse públicamente", destacó el secretario de Acción Sindical de la Federación de Servicios Públicos de UGT, José Ignacio Luis Cansado.

Así lo destacaron también Juan Manuel Tello, secretario de política sindical de CSI-F y Juan Luis García Moreno, secretario de la federación de servicios a la ciudadanía de CCOO, que aseguró que el Gobierno debía haber recurrido a otras medidas vía ingresos que no afectaran a clases medias, puesto que las propuestas además atacan directamente a la creación de empleo. "Este no es el camino para salir de la crisis", añadió.

En un manifiesto, que defendieron todos los asistentes, los representantes sindicales justificaron su disconformidad a la propuesta del Gobierno porque con las medidas anunciadas "no se hace recaer los esfuerzos en quienes originaron la crisis y pretenden que los trabajadores que no la hemos provocado paguemos los platos rotos". El recorte salarial a estos empleados, que "además sufren una alta tasa de temporalidad", no fueron las únicas reivindicaciones de los sindicatos que también son contrarios al resto de medidas anunciadas: la congelación de las pensiones, el empeoramiento en la aplicación de la ley de dependencia, la rebaja en las políticas sociales e inversiones públicas, que aseguran, "nos lleva a un conflicto social".

Tras las pancartas con el lema No a los recortes salariales y sociales, ahora más que nunca derechos sociales y defensa de lo público, movilízate , cientos de funcionarios gritaron durante más de una hora y sin que se produjeran incidentes: "Zapatero capullo queremos el sueldo tuyo", "Dimisión", "Zapatero embustero" y "Vamos pa dentro", en un intento de entrar en la Delegación del Gobierno en Badajoz, que no llevaron a cabo.

En Cáceres los manifestantes ocuparon la zona central de la avenida Virgen de la Montaña que fue cortada al tráfico y en la provincia pacense la avenida de Huelva en dirección a Santa Marina también quedó cortada y custodiada por la Policía Nacional, así como parte del paseo central del bulevard.

Los responsables del Area Pública de CCOO, UGT y CSIF, Marisol Salazar, Manuel Fernández y José Fernández, respectivamente, anunciaron una campaña de movilizaciones hasta la huelga anunciada para el próximo 8 de junio "si no rectifican las medidas anunciadas". Salazar explicó que "un altísimo porcentaje de los funcionarios extremeños son mileuristas, dado que la región está a la cola en las retribuciones a empleados públicos". Una afirmación que compartían los compañeros sindicales en Cáceres. "El 60% no supera los 1.500 euros brutos", denunciaron.