El Congreso ya ha empezado a tramitar la reforma del Estatuto de Autonomía de Extremadura. Así ocurre después de que el pleno votará ayer, por 317 votos a favor y solo dos en contra (los de los diputados de IU y UPyD), tomar en consideración la propuesta remitida por la Asamblea de Extremadura, que ahora será sometida al proceso de enmiendas y después tendrá que pasar por la Comisión Constitucional para su aprobación definitiva. Los encargados de presentarla fueron el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, y los portavoces de los Grupos Parlamentarios con presencia en el hemiciclo regional, José Antonio Monago, por el PP; e Ignacio Sánchez Amor, del PSOE. Todos ellos coincidieron en destacar la constitucionalidad de la norma extremeña, mientras que el vicepresidente tercero y ministro de Política Territorial, Manuel Chaves, resaltó que se basa en un beneficio recíproco para la región y el conjunto del país.

De este modo, el debate se desarrolló con normalidad y comenzó con un breve discurso en el que Vara intentó resumir no solo el contenido de la reforma, sino también su razón de ser. En ese sentido, tras apuntar algunos datos sobre cómo era Extremadura cuando se aprobó el anterior Estatuto --con 10.000 empresas en vez de las 65.000 con que cuenta actualmente, los 280.000 ocupados frente a los 400.000 de ahora y, "sobre todo" con un 80% de la población analfabeta o solo con estudios primarias, mientras que actualmente el 55% tiene estudios universitarios), desglosó los conceptos fundamentales, como la municipalidad o la cooperación horizontal.

Pero, fundamentalmente, Vara destacó la constitucionalidad de la propuesta de reforma extremeña, por lo que incluye, aseguró, principios rectores y no derechos y deberes. El mismo argumento fue repetido después por Monago y Sánchez Amor, que explicaron que el Estatuto extremeño no incluye estas cuestiones, a diferencia de otros, por estar incluidas en la Constitución.

Además, el presidente del PP de Extremadura presumió de que la reforma extremeña está "alejada de la polémica" por no plantear conflictos con otras comunidades ni con España. En esa línea, señaló que los políticos extremeños decidieron "hacer región y no partido", creando un Estatuto "a medida de los ciudadanos", reconociendo que pese a no ser una preocupación de estos, sus representantes han sido conscientes de los cambios en la región y en España y han sabido, a su juicio, "estar a la altura".

Así también lo consideró Sánchez Amor, que aseguró que pese a que la reforma del Estatuto no era "una prioridad", se ha llevado a cabo a cabo para mejorar los servicios públicos mejorando, que no sustituyendo, el Estatuto previo. Pero, muy especialmente, el diputado extremeño hizo hincapié en la constitucionalidad del texto, recalcando que busca un buen funcionamiento del sistema autonómico ("no tener más competencias, sino desarrollarlas mejor") o que, por ejemplo, incluye la palabra nación en el artículo 1, "pero para referirnos a España", aunque apostilló que "con respeto a las opciones diferentes".

Chaves, por su parte, consideró que la reforma del Estatuto extremeño se incluye en la "nueva fase del desarrollo autonómico", considerando como su punto de partida "que lo buena para España es bueno para Extremadura y lo que es bueno para Extremadura es bueno para España". Asimismo, respaldó el cambio que Extremadura ha experimentado en los últimos 25 años y justificó la reforma para avanzar en ese progreso, por lo que le blindó el apoyo del Gobierno.