El sector agroalimentario es hoy por hoy una de las bases más sólidas de la economía extremeña, tanto en el ámbito del campo como en el de la industria y, por ende, de capital importancia en cuanto a la comercialización de los productos propios de la tierra. De ahí que el campo de la investigación, el desarrollo y la innovación --I+D+i-- resulte crucial para mejorar y potenciar la competitividad de las empresas, tanto en el mercado nacional como en el internacional si se pretende incidir en la exportación.

Buena prueba de ello son los resultados obtenidos por empresarios y técnicos en su colaboración para desarrollar proyectos de innovación, siempre con la vista puesta en el mercado y en dar solución a los problemas que plantean las empresas. Un proyecto es, por ejemplo, conseguir que unos tacos de jamón, una tapa de lomo u otros derivados del cerdo ibérico se puedan tomar como un aperitivo rico en ácidos grasos omega 3 --con beneficios cardiovasculares y para contrarrestar el colesterol malo--.

Un segundo ejemplo es de dar con los sabores y las formas de elaboración de unos platos preparados de pescado para, por ejemplo, resolver una comida rápida debidamente envasada para darle el último punto en un horno convencional o en el microondas.

Otro es tener la posibilidad de ofrecer y/o degustar un paté y una mermelada con sabor a aceituna como productos de verdadera delicatessen . O bien tomar una torta del Casar con DOP --Denominación de Origen Protegida-- en porciones de 325 gramos envasadas para tener una vida útil cinco veces mayor. Estos son cuatro ejemplos de éxito expuestos ayer en el Centro Tecnológico Agroalimentario de Extremadura (Ctaex).

EMPRESAS E INVESTIGADORES Empresarios como José María Nieto, director de ACOSIERRA, del grupo Acorex; Santiago Pajuelo, de la quesería de la DOP Queso del Casar; o Fernando Sánchez, de la empresa CESMA; y los investigadores del Ctaex Ascensión Ciruelo y María José Riballo, entre otros, expusieron ayer a un grupo de empresas y cooperativas los casos mencionados para avalar el sentido --comercial, pero también creativo y apasionante--, de la innovación y la calidad para mejorar la competitividad en unos mercados cada vez más exigentes.

"La gente no quiere cuentos, quiere que les ayudes", manifestó José Luis Llerena, director de la Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación (OTRI) del Ctaex, para explicar con claridad la filosofía del centro tecnológico, el único privado de la región, que pone a disposición de las empresas tecnólogos y gestores que las acompañan en todo el proceso, y "para eso hemos mostrados cuatro casos".

El fin de Ctaex es trasladar al tejido productivo e industrial que "la innovación ayuda a conquistar nuevos mercados y, para esto, el Centro de Desarrollo Tecnológico Industrial (CDETI) pone dinero", dijo Llerena. Además, explicaron a empresas y cooperativas cómo financiar un proyecto a través de ese organismo.

CENTRO TECNOLOGICO Ctaex nació en el 2001 como asociación empresarial de investigación para dar soluciones a problemas de I+D+i de las empresas, recuperando el centro que dejó Nestlé tras su marcha de la región, y hace 25 años se convirtió en centro tecnológico. "Ello supuso el sello para ser un centro de investigación en cuyo patronato están las empresas. Nosotros estamos en el último escalón del proceso", explicó José Luis Llerena.

Para él, se trata de acompañar a la empresa "en la generación de ideas, el desarrollo experimental en el campo y el laboratorio, y captación y justificación de la ayuda pública a la I+D+i".

Así, Ctaex comenzó con procesos agronómicos e industriales del tomate y continuó con la aceituna y el aceite. Pero, "por una carambola cósmica" entramos en el mundo de las plantas aromáticas y medicinales, que es hoy otra línea estratégica. En ella se trabaja con la ´Artemisa annun´ para la cura de la malaria, para Acorex". Además, está también en la estandarización de productos delicatessen como las tortas del Casar y la Serena".

Ctaex desarrolla en la actualidad unos 80 proyectos de I+D+i por año y ha colaborado con unas 300 firmas. Llerena ve en este campo "un potencial de futuro inmenso" y apuesta por los "alimentos de calidad, en los que la agronomía y la tecnología alimentaria tienen mucho que decir".