La guerra en Irak fue ayer motivo de confrontación en le Consejo de Seguridad de la ONU, que celebró su primera sesión abierta sobre el tema desde el inicio de las hostilidades. El embajador estadounidense ante Naciones Unidas, John Negroponte, abandonó la sala en medio del discurso de su homólogo iraquí, Mohamed Al Duri, que acusó a Washington y Londres de querer exterminar al pueblo iraquí.

Más de 70 países intervinieron en la sesión, que puso de manifiesto la imposibilidad de conciliar posiciones. Por un lado, se situaron Estados Unidos, Reino Unido y España, que defendieron la legalidad de la intervención. Encabezaron el bando contrario Rusia, China, Siria, Francia y Alemania, que reclamaron el cese de los combates y bombardeos.