Cuatro de cada diez alumnos de la ESO tienen asignaturas suspensas que tendrán que recuperar por primera vez en septiembre. La cifra es similar a la de todos los años, pero no por ello irrelevante. "Es una proporción muy elevada y una consecuencia también de estos exámenes extraordinarios. Dejaron de hacerse en la EGB porque el nivel de esfuerzo no se correspondía con los resultados finales y ahora tampoco servirán", destaca Tomás Chaves, responsable de la Federación de Enseñanza de Comisiones Obreras.

En concreto, según los datos facilitados por la Consejería de Educación, son 20.624 los alumnos que a estas alturas del verano estarán hincando los codos para poder pasar de curso sin ninguna asignatura a rastras o sencillamente para poder promocionar. Estos estudiantes suponen el 45% del total de matriculados en la ESO durante este curso en Extremadura: 46.798, según los datos del ministerio.

En esta etapa educativa el fracaso es más preocupante. En las superiores los números son mejores: en Bachillerato el 39% tendrá que repescar, mientras que en Formación Profesional no supera el 18%, según los datos de la consejería.

"Desgraciadamente lo que ocurre en la ESO es normal cada año. El problema es que se trata de una etapa obligatoria, aunque muchos se quieran ir del sistema, y en la que el esfuerzo no se gratifica. Si un alumno suspende y puede promocionar de curso hasta con cinco y seis asignaturas si el profesor quiere para qué se va a esforzar", precisa el presidente de PIDE, José Manuel Chapado.

"En la ESO siempre ha habido una cifra similar de alumnos con suspensos, pero eso no significa que no vayan a promocionar de curso, muchos tendrán solo una o dos pendiente y ahora tienen una segunda oportunidad para aprobar y la aprovecharán", precisa Manuel Pascual, responsable de Educación de CSI-F.

Esta segunda oportunidad será por primera vez, desde la implantación de la LOGSE, en el próximo mes de septiembre. Durante los primeros años de Secundaria los alumnos no tenían convocatoria extraordinaria, pero se implantó con la Ley de Calidad en el 2003. Hasta el pasado curso la repesca se realizaba en junio, pocos días después de concluir la tercera evaluación del curso, pero la demanda de algunos profesionales ha surtido efecto con el nuevo gobierno popular, que siempre ha defendido la efectividad de la convocatoria de septiembre. "Sin duda va a mejorar la tasa de fracaso porque los alumnos tienen más tiempo para estudiar y sus padres para implicarse en que lo hagan", señala Chapado.

"Trasladar las recuperaciones ha septiembre es lo más razonable", según CSI-F. Sin embargo no todos son igual de optimistas. "Yo viví las recuperaciones en septiembre de la EGB y no funcionaban. El nivel de esfuerzo no se correspondía con los resultados, y este año pasará lo mismo", dice Chaves. El responsable de CCOO considera que el profesor está confiado en que durante el verano los chavales se van a esforzar más, pero "los resultados serán iguales o peores", vaticina, "el fracaso rondará el 30% como viene siendo habitual". Miguel Salazar, responsable educativo de UGT, apunta en la misma dirección. "El cambio no mejorará nada porque detrás de los suspensos están en muchos casos dificultades de aprendizaje que no se solucionan ni en diez días ni en dos meses".

"INUTIL" PLAN DE REFUERZO Los sindicatos consideran que el fracaso en la ESO no se arregla solo cambiando los exámenes de repesca de fecha, sino destinando más recursos a la educación para ofrecer programas de refuerzo todo el año, atendiendo a las etapas iniciales de la educación y con implicación de los padres.

Algunos de estos alumnos que en pocos días se enfrentan a sus suspensos acudieron durante dos semanas de julio a las clases de refuerzo estival, que este curso se han llevado a cabo más tarde. ¿Servirán para algo casi dos meses después? La respuesta es unánime entre los consultados. Derroche, despilfarro, inútiles,... son algunos de los adjetivos con los que responden. "Este año el plan de refuerzo se ha hecho para justificar que se invierte en educación, pero de inversión no tienen nada", insiste Pascual.

Estos profesionales de la educación defienden que el refuerzo debe ser continuado durante todo el curso y no durante dos semanas; "y menos casi dos meses antes de los exámenes de recuperación", apunta Pascual. PIDE propone incluso ampliar la carga docente a los monitores de extraescolares para incidir en el refuerzo escolar durante todo el curso. Todos se oponen a mantener la iniciativa tal y como ha funcionado este año porque es "tirar el dinero".

Pero no es el único asunto