Las temperaturas máximas subirán una media de entre 5 y 8 grados centígrados, habrá entre un 20 y un 45% menos de precipitaciones y hasta un 35% menos de nubosidad, mientras que la humedad relativa será un 10% menor. Este es el perfil previsto en Extremadura en los treinta últimos años de este siglo, con lo que los inviernos serán más suaves, los veranos más calurosos y las lluvias menos frecuentes. Es la consecuencia del denominado cambio climático, del que los expertos advierten que se podrían llegar a alcanzar temperaturas cercanas a los 50 grados en la comunidad autónoma, y el caudal de los ríos puede bajar más de un 10%.

Son datos aportados en el informe sobre la estrategia española para la lucha contra el cambio climático, realizado por científicos españoles y presentado ayer por la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona.

La situación en Extremadura no es única, y estas mismas perspectivas se repiten para toda la mitad sur del país, donde las lluvias se reducirán hasta un 40% al final del presente siglo, y aunque de una forma más suave, ese descenso será también acusado en la mitad norte.

Los expertos han calculado los posibles efectos del cambio climático a partir de diferentes escenarios (conocidos en el argot científico como A2 y B2) basados en la evolución que pueden seguir las emisiones de gases de efecto invernadero y en el desarrollo económico y social de cada región.

El estudio refleja que las temperaturas subirán progresivamente durante las próximas décadas, y el peor de los escenarios posibles (el de mayor emisiones de gases de efecto invernadero) apunta a que las máximas experimentarán al final del siglo un aumento de entre 5 y 8 grados en todas las regiones del interior, y una subida más atemperada en las comunidades próximas al litoral.

Valores registrados Por otro lado, hay datos que confirman ciertas variaciones en las tendencias climatológicas. Entre ellos destacan que en Badajoz hay más de 150 días a lo largo del año en los que los termómetros no bajan de 25 grados (170 en el 2005), mientras que en Cáceres hay casi cinco meses con esa misma situación (149 días en el 2005). Por el contrario, apenas hay días donde las temperaturas medias bajen de cero grados. Contrasta, por ejemplo, que en el 2002 sólo hubo 4 días con el mercurio bajo cero, frente al 2005, que fueron 59 días en Badajoz y 30 en Cáceres.

Otros datos de interés recogidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE) señalan otras cuestiones relevantes como los 44,8 grados alcanzados en Badajoz en el año 2003 (Cáceres registró 43,4 en el 2004), y los 7,2 grados bajo cero en Badajoz en el 2005 (4,6 bajo cero en Cáceres ese mismo año).

Sin embargo, donde más se está dejando notar esos cambios en la meteorología es en la cantidad de precipitaciones. Así, de los 579 litros por metro cuadrado caídos en Cáceres en el año 2000 se ha pasado a 288 en el 2005, mientras que en Badajoz se ha pasado de 564 a 228 litros por metros cuadrado.

Son variantes a tener en cuenta a la hora de imaginarse cómo puede ser el clima en Extremadura atendiendo a esas previsiones para este siglo.

Ante este panorama, el director del Centro Meteorológico Territorial, Adolfo Marroquín, prefirió no posicionarse y aseguró que el informe responde a "fórmulas matemáticas y valores numéricos, por lo que hasta no tener sobre la mesa el informe al completo no considero oportuno pronunciarme". Sí reconoció que ese cambio de tendencia desplazará el clima actual de comunidades como Extremadura más al centro del país, mientras que la región extremeña podría tener en un futuro temperaturas similares al sur de Andalucía --eliminando la zona costera-- o próxima a la de la zona norte de Marruecos.

También es prudente la ministra de Medio Ambiente, que aboga por evitar el catastrofismo frente a los informes y pasar a la acción. A este respecto, el Gobierno plantea actuaciones como la mejora de los transportes, incentivar el uso de biocarburantes, sustituir el carbón de las calderas o modificar las tarifas de los productos energéticos.