El estado del Papa capitalizó ayer la vida social de buena parte del mundo, y Extremadura no fue una excepción. En los puestos de trabajo, en los mercados, en las calles, pero sobre todo en los templos se tuvo presente la situación del Pontífice.

Todas las iglesias dedicaron plegarias en sus misas diarias a Wojtyla, a aliviar su sufrimiento y a ensalzar su larga trayectoria al frente de la Iglesia. En los corrillos, antes y después de las eucaristías, los fieles hablaban del carisma de Juan Pablo II y muy especialmente de sus posibles sucesores. La pregunta era la misma: ¿Habrá un Papa español?

Aunque la Diócesis de Coria-Cáceres ha decidido no organizar actos oficiales hasta la muerte del Pontífice, toda la homilía de la misa de tarde en la concatedral cacereña estuvo dedicada a Juan Pablo II.

El sacerdote Florentino Muñoz destacó "la riqueza humana, moral y espiritual de un Papa que nos desborda, al que sería imposible definir en un solo titular". También recordó su peso en el siglo XX, "ya que conoció todas las vicisitudes de la época desde dentro y siempre condenó la guerra y la violencia, a la vez que pidió el máximo respeto por la libertad y la tolerancia". El sacerdote elogió su acercamiento a los jóvenes y a la familia, y sus continuos viajes al tercer mundo. "Ha sabido estar muy cerca de los hombres", subrayó.

Mérida también lamentó durante todo el día de ayer la situación de Juan Pablo II y en las misas diarias de todas las iglesias los fieles rezaron por su salud. Los comentarios en las calles emeritenses reflejaban la tristeza generalizada, personificada en los católicos, que alababan la figura del Papa, resignados a la muerte del Pontífice. Algunos de ellos se mostraban molestos por las contínuas imágenes que han enseñado el deterioro del Papa. En cualquier caso, hoy volverán a rezar.

Los pacenses también se acercaron a algunos templos para rezar por Juan Pablo II, como en la ermita de Nuestra Señora la Soledad, patrona de Badajoz, donde, después de la una y media de la tarde, los feligreses allí congregados rezaron un rosario por la salud del Papa.

En Badajoz se sintió preocupación por el Papa, "un hombre que ha sufrido mucho y que está luchando hasta el final", según se comentaba a la salida de una iglesia del casco antiguo. En contraposición al sentir generalizado, algunos jóvenes que transitaban por las calles de Badajoz se mostraban indiferentes, ajenos al momento histórico.