Los grupos ecologistas Greenpeace, Ecologistas en Acción y Adenex exigieron ayer a las Administraciones que abran una investigación para conocer cuál es el origen de los restos de pesticidas prohibidos --especialmente DDT y heptacloro-- aparecidos en aguas de Monfragüe.

El director ejecutivo de Greenpeace, Juan López de Ural, explicó que, a la vista del estudio universitario avanzado ayer, "está claro que hay alguien que está usando estos productos" a pesar de que llevan dos décadas al margen de la ley. López de Ural señaló que lo primero que deben hacer las Administraciones es desarrollar nuevos estudios en la zona para saber si a día de hoy aún se siguen utilizando estos pesticidas ilegales.

AUTENTICAS "BOMBAS"

En su opinión, se trata de "auténticas bombas de relojería medioambientales, y lamentablemente hay quien las sigue utilizando" gracias, entre otras cosas, a que "sigue habiendo un mercado negro en el sector agrario".

Desde Ecologistas en Acción, Pablo Ramos reclamó a la Junta de Extremadura que investigue la procedencia de estos vertidos "y dentro de lo posible se sancione a los responsables para intentar evitar que siga sucediendo".

A pesar de todo, no considera sorprendente el uso de estos pesticidas ilegales porque "no existe suficiente control sobre la venta y distribución de sustancias tóxicas", por lo que si se hiciesen controles en otras zonas de la región "los datos serían mucho peores".

Por último, Antonio Gentil, uno de los responsables de Adenex, insistió en la necesidad de que se investigue la procedencia de estos productos que han llegado a los ríos de Monfragüe. Además, coincide con Pablo Ramos en que "hacen falta más controles" en todo lo que se refiere al uso de los pesticidas en el sector agrario.

Por último, destaca que los productos que se han encontrado "son muy peligrosos y muy persistentes para el medio ambiente e incluso también para la especie humana".

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