Más de dos mil cadáveres de civiles, aparentemente de kurdos asesinados, aparecieron ayer en fosas comunes halladas cerca de la casa que Alí, el Químico ocupó en Kirkuk cuando fue jefe militar del norte de Irak, a finales de la década de los 80.

Las numerosas fosas, que carecen de inscripciones o lápidas, fueron descubiertas por la milicia kurda en la ladera de una colina en la que se levanta un cuartel abandonado por los soldados del depuesto régimen iraquí.

El cuartel, bombardeado recientemente por la aviación aliada, está situado a escasa distancia de la exresidencia oficial de Ali Hassan Al Majid o Ali el Químico , principal conductor de la campaña de limpieza étnica que el régimen de Sadam Husein llevó a cabo en el Kurdistán iraquí en 1988.

En la única fosa común excavada, los miembros de la milicia kurda hallaron los cadáveres de un hombre y una mujer, que por los restos de su vestimenta parece civiles.

Al tener conocimiento del hallazgo, el secretario general de la Unión Patriótica de Kurdistán (UPK), Jalal Talabani, ordenó a la milicia parar de inmediato las excavaciones.