Los empleados de las oficinas que Caja Mediterráneo tiene en Extremadura llegaron ayer a sus puestos de trabajo con un ánimo contradictorio, tras hacerse público el acuerdo que sitúa a las empresas donde trabajan como la tercera caja del país y la quinta entidad financiera. La noticia no podía ser mejor, pues el futuro parece más halagüeño en cuanto a posibilidades económicas, pero no lograban evitar que les asaltara la duda sobre qué ocurrirá con sus puestos de trabajo, sobre todo entre aquellos que están en oficinas que se "solapan".

La casualidad ha hecho que en Badajoz, curiosamente, las únicas dos sucursales de la CAM estén ubicadas justo al lado de otras dos de Caja Extremadura. La principal está en la avenida de Europa, "pared con pared" con la central de Caja Extremadura, tanto que bastaría "con tirar un tabique" para comunicar los locales, como bromeaba una trabajadora de la entidad extremeña.

La otra oficina de CAM está cerca de otra de Caja Extremadura, ambas en los bajos del edificio Montevideo, en Valdepasillas, a escasos metros una de otra, solo que la de Caja Extremadura tiene fachada hacia Sinforiano Madroñero y la levantina está en José María Alcaraz y Alenda. Tan próximas se encuentran, que los trabajadores de unas y otras se conocen, aunque hasta ahora quizá no se habían planteado que podrían ser compañeros.

Un empleado de Caja Extremadura comentaba que lo normal es que desaparezcan las oficinas en los ámbitos geográficos de cada entidad y que puede que los empleados de la CAM se reubiquen en las de la entidad extremeña: "Habrá cambios necesariamente, pero no sabemos nada de lo que va a suceder". Por otro lado, hay quien piensa que los que están colocados en departamentos centrales de Caja Extremadura serán trasladados a Madrid si quieren mantener su puesto.

"En principio no hay peligro, aunque siempre nos queda la incógnita de qué pasará con nosotros", comentaba otro trabajador de Caja Mediterráneo. En la jefatura de zona de esta entidad, situada en la calle Ramón Albarrán, tampoco se mostraban pesimistas, pues señalaban que para Caja Extremadura no sería difícil reubicar en su red a 25 trabajadores. "Lo normal es que nos recoloquen, pero son conjeturas", comentaban.