A principios de verano el Seprona comenzó a sospechar que en una finca de Monterrubio se realizaban cacerías de especies amenazadas y no autóctonas. En una primera inspección se comprobó que la finca tenía vallas electrificadas y que eran más altas de lo normal, por lo que se estableció un dispositivo de vigilancia.

El pasado sábado, tras escuchar disparos, los agentes entraron en la finca y pudieron sorprender a los cazadores furtivos, que acababan de abatir un tigre, cuando iban a disparar sobre un segundo tigre y un león, a los que de esta forma se pudo salvar.

Los dos animales que han sobrevivido a estas cacerías ilegales serán trasladados a un núcleo zoológico de Málaga. El siguiente paso es intentar encontrar a más cazadores implicados en la trama --puede haber nuevas detenciones-- y determinar qué especies han sido utilizadas en estas batidas.