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Termina el informativo y pocos son los que se atreven a levantarse del sillón antes de saber cuál es la previsión meteorológica para el día siguiente. Desde hace semanas los vecinos de Cuacos de Yuste viven pendientes de la televisión, el cielo y el grifo. El motivo es que el ayuntamiento ha decidido realizar cortes en el suministro de agua todas las noches --entre las 11 y las 7 de la mañana, aproximadamente-- para paliar la falta de reservas en la red municipal.

"Sabíamos que podía ocurrir, porque esta primavera ha llovido poco. Pero es que además tuvimos que reparar la balsa de la que se abastece el pueblo, al aparecer rajada la manta asfáltica --no sabemos si por causas naturales o porque lo hiciera alguien-- y no ha dado tiempo ni ha caído agua para llenarla", explica el alcalde, Sixto Teno. En lo que va de mes el consistorio ha colgado por todo el pueblo sendos bandos: el primero avisando de la necesidad de ahorrar agua y el segundo, advirtiendo de los cortes. Pero además, ha interpuesto una denuncia ante la Guardia Civil por lo que considera un sabotaje sobre la canalización de urgencia que la Confederación del Tajo ha realizado desde Aldeanueva a Cuacos para garantizar el suministro a sus vecinos. "Han desviado el cauce justo antes de la toma para regar fincas y evitar que nos llegue a nosotros", insiste el edil.

El Seprona ya investiga el caso y, mientras, los vecinos llevan la decisión con resignación. La respetan y la comparten, pero por ello no dejan de quejarse de los inconvenientes: "Los que trabajamos todo el día fuera de casa lo notamos más, porque como te despistes te quedas sin poner la lavadora o sin poder asearte. ¡A ver si Dios nos escucha y manda ya un poquito de lluvia!", reclama María mientras coge agua de una de las fuentes del municipio, que brotan gracias a pozos y acuíferos. De hecho, la mayoría de los habitantes recurre a sus caños para proveerse de agua para beber, cocinar, regar las plantas o simplemente limpiar. "Estamos todo el día llenando cubos y bañeras", apunta Rosa María Gilarte.

Aunque en los autoservicios del municipio consideran que las ventas de agua embotellada no se han incrementado notablemente desde el inicio de los cortes, Jorge Arias, de Distribuciones Arias --distribución de bebidas--, asegura que sí se está notando en la demanda de establecimientos comerciales y hosteleros: "Ha crecido mucho, sobre todo en las garrafas de cinco litros".

Por su parte, algunos hoteles de la localidad ya cuentan con depósitos propios para no perjudicar sus servicios y no perder clientes. También Veravic, empresa dedicada al despiece de pollos --cada noche salen de su planta unos 50.000 ejemplares con destino a las carnicerías de toda Extremadura--, ha adoptado medidas para ahorrar agua. "Consumimos mucha, sobre todo por el tema de higiene y limpieza. No es de la red pública, pero tratamos de racionalizarla", asevera Carlos Moreno, uno de sus responsables.

En un primer momento los cortes también se produjeron por el día, de 3 a 7 de la tarde. "Pero tuvimos que limitarlo a la noche porque perjudicaba mucho a los hosteleros", explica Sixto Tena, que no descarta aumentar las horas sin agua si la sequía se alarga.