Con Mafalda queda más que demostrado, por si alguien lo pensaba, que los galgos no son únicamente perros para la caza. Esta perra llegó a casa de Sonia Sánchez, en Villafranco del Guadiana, hace un año tras meses deambulando a su antojo. Fue rescatada en Hornachos cuando llevaba una brida en el hocico para impedirle que comiera y bebiera, condenándola a la muerte.

Cuando llegó a casa de Sonia estaba mal nutrida, pero ya se encuentra recuperada para convertirse en una perra terapeuta y ayudar a las personas que lo necesiten a sentirse mejor, para lo que está siendo entrenada. "Es muy sensible, cariñosa y respetuosa", asegura su dueña, que es adiestradora canina. "Tiene un comportamiento perfecto con niños y estoy segura que cuando terminemos de entrenar podrá ayudar a niños que lo necesiten a tener una vida mejor y sobre todo, a sacarle una sonrisa". Su dueña no se cansa de dedicarle halagos, y asegura que cada día "me alegro más de haber decidido introducirla en mi familia".