El etarra Ignacio Aracama Mendía, alias Makario , reconoció ayer en la Audiencia Nacional su participación en el asesinato del guardia civil extremeño Avelino Palma el 4 de octubre de 1980, cuando vigilaba una prueba ciclista en el municipio alavés de Salvatierra junto con otros dos agentes de Tráfico que también fueron asesinados por ETA. Makario era el responsable del comando ´Araba´ y fue el encargado de organizar y ordenar el atentado.

El terrorista, cuyo juicio comenzó a ser visto en la mañana de ayer por la Sección Tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia, compareció con el antiguo sacerdote de Salvatierra, Ismael Arrieta, a quien exculpó de su participación en los crímenes asegurando que le había conocido el pasado lunes. La fiscalía acusa a Arrieta de facilitar información a los etarras para que pudieran cometer los asesinatos.

Durante la jornada también testificaron Manuela Orantos, viuda del agente extremeño y presidenta de la Asociación Víctimas del Terrorismo en Extremadura, y Gema López, viuda del agente José Vázquez --asesinado en el mismo atentado--, cuyos testimonios fueron los más emotivos del primer día de vista, que se prolongará hasta mañana.

LA FRIALDAD DE ´MAKARIO´

Por su parte, Makario se mostró frío durante su declaración, en la que narró cómo fue su participación en los hechos. El terrorista justificó los asesinatos asegurando que la Guardia Civil es un objetivo militar de ETA por la represión que ejerce contra los signos de identidad vascos.

En cuanto a la composición del comando que actuó en Salvatierra, el acusado sólo citó a los fallecidos José Manuel Aristimuño, Pana , y Miguel Lopetegui, e incidió en que no recibieron información de nadie, ya que sostuvo que los datos de la prueba ciclista los encontraron en el calendario que publica la Unión Internacional de Ciclismo.

En su declaración manifestó que el día de los hechos permaneció en el coche mientras sus compañeros realizaban el atentado y que tras ello se dieron a la fuga en el vehículo.

De otro lado, Arrieta negó su participación en los hechos y sólo reconoció haber actuado como correo de Aristimuño varias veces con la finalidad de pasar papeles "al otro lado". No obstante, los agentes que comparecieron ayer y que participaron en la detención de Arrieta aseguraron que éste confesó su implicación en una declaración sin presencia de abogado, ya que en esa fecha la Ley no exigía esta garantía procesal.

Los dos acusados se negaron a contestar a las preguntas de la acusación particular, ejercida por la Asociación Víctimas del Terrorismo, que pide 81 años de prisión para cada uno, mientras que el fiscal, Ignacio Gordillo, pide 92 años para Makario y 81 para Arrieta.

Tras los acusados declararon Manuela Orantos y Gema López --cuyos testimonios fueron los más emotivos-- y los seis agentes que participaron en la detención de Arrieta. López aseguró que los compañeros de su marido le contaron que en un principio sólo resultó herido en un brazo, por lo que corrió a refugiarse tras un vehículo. "Pero la gente del pueblo gritó que quedaba uno vivo y los terroristas vinieron y lo remataron", afirmó.

La viuda manifesto tener sospechas de que Arrieta, la alcaldesa de Salvatierra y el director de la prueba ciclista entretuvieron a los agentes hasta la llegada de los etarras que cometieron el atentado. Según López, la salida de la prueba estaba prevista a las tres de la tarde y se retrasó hasta las cuatro menos diez, "hasta que llegó el coche con los asesinos", sentenció. Además, advirtió que Arrieta y la edil del municipio alavés mantenían una estrecha relación, ya que cuando éste fue detenido varios días después del atentado se encontraba "en la cama con la alcaldesa".