Un día hicieron las maletas para buscar una vida mejor o simplemente un trabajo en un país diferente al suyo. Algunos lo encontraron y se quedaron, pero otros no y decidieron volver a migrar. En los últimos cinco años, la población extranjera ha descendido en Extremadura más de un 26%. Esto significa que entre 2012 y 2017 se han marchado de la comunidad 11.153 extranjeros, según los datos de Padrón Continuo publicados recientemente por el Instituto Nacional de Estadísiticas (INE). La pérdida de población extranjera contribuye a acrecentar un poco más el problema demográfico de la comunidad, motivado principalmente por el aumento de la mortalidad, la caída de la natalidad y la emigración de parte de la población local.

La mayoría de los que han decidido abandonar la región en este último lustro son principalmente portugueses (actualmente hay 2.833 menos que hace cinco años); rumanos (2.752 menos); marroquíes (1.450 menos); colombianos (803 menos) y brasileños (615 menos), entre otras 60 nacionalidades cuya presencia en Extremadura también ha ido descendiendo progresivamente.

Fue el 2012 el que marcó el punto de inflexión. A principios de ese año la comunidad extremeña registró el mayor número de extranjeros de las últimas décadas: 42.541. Hasta entonces, la región no hacía más que ganar habitantes de otras nacionalidades año tras año. La prueba está en que en el 2000, doce años antes, apenas había 8.000 extranjeros en Extremadura.

El crecimiento fue exponencial pero no duró mucho. Desde aquel 2012 de récord, la población foránea no ha parado de descender lentamente. Según los datos del último padrón, en el 2013 había 41.677 extranjeros en la comunidad, en 2014 fueron ya 37.716, en el 2015 se registraron 34.337, en el 2016 fueron 33.707 y a 1 de enero de 2017 hay 31.388 extranjeros residiendo en Extremadura. En conjunto, este colectivo ha pasado de representar el 4% de la población total de la región al 2,9%.

¿Por qué se están marchando? La tendencia que experimenta la comunidad se repite en el conjunto del país y la respuesta parece clara: las consecuencias de la crisis económica. «Los extranjeros venían a Extremadura porque había una situación más favorable, ocupaban nichos de trabajo que habían sido abandonados por la población local, sobre todo en el campo, pero ahora ante la caída de sectores como la construcción, esos puestos de trabajo son demandados por los locales», explica Antonio Pérez, profesor de Geografía Humana de la Universidad de Extremadura (UEx).

De todas formas, Pérez apunta que la región ha recibido a pocos inmigrantes respecto a otras comunidades y reconoce que para muchos era más fácil empadronarse aquí aunque luego se movieran a otras regiones en función de las campañas agrícolas, principalmente.

«Recuerdo que hace años acudían a nosotros para buscar inmigrantes para trabajar en el campo porque nadie quería hacer ciertas tareas», cuenta Milagros, responsable de la Asociación de Inmigrantes de Extremadura, un colectivo que nació en Mérida en el 2000 para orientar y ayudar a los extranjeros más necesitados que llegaban a la comunidad.

Para ella, la falta de oportunidades laborales está detrás de este descenso de la población extranjera, aunque reconoce que también hay varios grupos, especialmente procedentes de Latinoamérica, que tras años en la comunidad trabajando regresan a sus países de origen cuando han logrado algunos ahorros.

2.800 portugueses menos / Cerca de un tercio de los más de 11.000 extranjeros que se han marchado en los últimos cinco son, curiosamente, portugueses. Habitantes del país vecino que se afincaron un día en Extremadura y se están marchando lentamente. En el último lustro han abandonado la región casi la mitad, pasando de los 6.100 que había en 2012 a los 3.300 que hay en la actualidad. Rumanía es el lugar de procedencia del segungo grupo de extranjeros que más se están marchando de Extremadura. En cinco años la población rumana residente en la comunidad ha pasado de 11.300 a 8.600. Marruecos es la tercera nacionalidad que más abandona la región, pasando de los 8.600 marroquíes del año 2012 a los 7.200 que contabiliza la región actualmente. Tras este país, están Colombia cuya población se ha reducido a la mitad (803 personas menos en cinco años), Brasil (615 menos), Ecuador (501 menos) y Bolivia (467 menos).

Pese a que son muchos más los que se van, Extremadura sigue atrayendo a población extranjera de ciertas nacionalidades. En los últimos cinco años se contabilizan casi 200 chinos más (la población total en la región supera casi las 1.500 personas) pero también hay 152 vecinos más procedentes de Nicaragua (son en total 307 en la región), otros 94 de Honduras (443 en total), 78 de Estados Unidos (244), 42 más de Siria (56) y otros 37 de Senegal (son 193 en total). De todas formas, pese a la caída de este lustro la comunidad extranjera sigue liderada por población de Rumanía y Marruecos. «Y mientras no mejore la situación económica de la región, se mantendrá la tendencia a la baja», avisa el profesor.