Hay determinados sectores de la población que por su naturaleza tienen un riesgo mayor de quedarse por debajo de los umbrales de la pobreza, y que además han incrementado su vulnerabilidad desde mediados de los noventa. Este es el caso de las personas mayores, que presentan una tasa de pobreza relativa del 30%, que es diez puntos más elevada que la del conjunto nacional (19,7%), y que se eleva hasta el 32,6% en el caso de las mujeres mayores de 65 años. Se trata de s un grupo que se ha visto afectado por la incapacidad del sistema de prestaciones para acercar el crecimiento de sus rentas al de la media de la población española.

Los menores también presentan una tasa de pobreza mayor a la media, de tal forma que uno de cada cuatro vive por debajo del umbral. Las razones se explican porque su bienestar está muy ligado a las rentas del trabajo, de tal forma que los hijos de personas que carecen de estabilidad corren un mayor riesgo.

Pero si hay un grupo que ha irrumpido en la sociedad española en los últimos años, y que presenta tasas de pobreza más elevadas que la media, este es el de los inmigrantes. La presencia de extranjeros en España ha pasado de representar un 2% de la población en el año 2000, al 9% en el 2008. En conjunto presentan tasas de pobreza más elevadas que la media nacional, pero si se analiza por países de procedencia, hay nacionalidades que llegan a duplicar estos índices. Entre las razones que explican esta situación se encuentran salarios más bajos, unido a la necesidad de atender altas cargas familiares, tanto en España como en sus países de procedencia. Al mismo tiempo, sufren más limitaciones a determinados de los servicios sociales básicos, lo que provoca que el riesgo de pobreza de los inmigrantes sea considerablemente superior al de la población nacional.