"Si quieres saber de qué va la crisis y cómo ha cambiado este país, pregúntame a mí. Soy operario de ferralla, de Madrid, de los que ponen las estructuras metálicas en los pilares de los edificios, y hace dos años me hinchaba a currar y ganar dinero. Trabajaba con El Pocero y siempre había tajo. Yo ayudé a levantar los famosos pisos de Seseña. Algunos meses ganaba 2.400 euros. Me aseguraron que había curro para siete años más, así que hicimos planes. Me compré una furgoneta, nos metimos en un piso en la playa, pedí varios préstamos- Todo iba de maravilla. Pero, de repente, hace 14 meses me quedé en la calle, y hasta hoy.

Se acabaron las obras, pero los recibos no paraban de llegar. Estuve siete meses cobrando el paro, unos 800 euros, pero también se terminó. Desde septiembre recibo los 420 euros de prestación que dan ahora y con esa ayuda, más los 500 euros que gana mi mujer trabajando en una empresa de limpieza, vivimos los dos y nuestros hijos, de 15 y 9 años. La casa nos cuesta poco, porque es de protección oficial, pero con ese dinero no podemos hacer frente a los préstamos Se me hace raro ir a Seseña y ver los socavones donde íbamos a montar los pilares de los edificios sin construir. Sé que de lo mío ahora no hay trabajo. Estoy esperando una llamada: El Pocero ha anunciado que va a hacer casas en Guinea y me voy con él a Africa. Ahora, como en los 60, yo volveré a ser un emigrante".