Lo cierto es que el teléfono móvil se ha convertido en un elemento de identidad, principalmente entre los adolescentes y preadolescentes. Pero, en realidad, la razón de origen de que tengan este instrumento es la necesidad de los padres de estar conectados con sus hijos en todo momento.

Este es un fenómeno que los sociólogos estamos estudiando desde hace tiempo y que se manifiesta fundamentalmente en las relaciones entre las madres e hijas que viven en diferentes ciudades, normalmente porque estas últimas se han mudado para estudiar o trabajar. Entre ellas se establece un vínculo ´brutal´, ya que hablan prácticamente todos los días. Esta situación demuestra, en mi opinión, que la tremenda popularización del uso de los móviles --también entre los más jóvenes-- responde a la necesidad de tener algo íntimo cerca.

Además, también influye la reducción de su coste, algo que no ocurre con el resto de las nuevas tecnologías. Esta es una de las razones --junto a su mayor complejidad-- de que el uso de otros dispositivos, como los ordenadores o internet, no se extiendan con tanta rapidez. Y es que comprar un ordenador o contratar la línea ADSL no cuesta lo mismo que un móvil, que la mayoría de las veces te regala la operadora.

Además, la complejidad a la hora de utilizar estas herramientas es mucho mayor y, a no ser que se tenga una necesidad acuciante, el usuario no las incorpora a sus rutinas diarias. Entre otros factores, debemos tener en cuenta que el móvil lo utilizamos para algo que ya hacíamos, hablar, algo que no ocurre con los ordenadores, por ejemplo, que exigen nuevas destrezas.

En cuanto al cierto retraso que Extremadura experimenta con respecto a otras comunidades en este ámbito, creo que los motivos son los mismos. Por un lado, la complejidad, a pesar de los esfuerzos de la Administración regional para fomentar la alfabetización tecnológica y, por otro, el coste, al contar con menos recursos que otras regiones.

*Profesor de Sociología de la Uex