Media hora antes de que el europarlamentario extremeño Alejandro Cercas pronunciara las primeras palabras de bienvenida a la delegación cacereña que iba a presentar en el Parlamento Europeo la candidatura de Cáceres 2016, Mari Luz Orozco, la directora del coro del Colegio Mayor Francisco de Sande, mandaba los últimos ensayos en el mismo escenario en el que, luego, iba a cantar.

Había cierto temor por el resultado. No por la calidad de las voces, no por cualquier otra circunstancia achacable al propio coro, sino porque la sala Yehudi Menuhin --precisamente un gran músico, violinista y director de orquesta de origen ruso y notorio europeísta--, conforma un semicírculo de alrededor de 500 metros cuadrados en el que, aparte del que había en el atril para que hablaran los representantes políticos, no había ni un solo micrófono. "A ver cómo lo hacemos. Somos 40 músicos, cantaremos a capela y no sabemos qué acústica tiene esta sala", decía uno de los integrantes.

Minutos después ya no hubo lugar para las dudas: desde los primeros compases de El Abanico , la habanera con la que se arrancó para abrir boca, hasta la nota final del Himno de la Alegría , con que cerró su actuación, el coro del Francisco de Sande llenó el espacio de una música que a buen seguro hubiera celebrado el mismo Menuhin. Sus voces pusieron el mejor fondo musical, y también emotivo, a las imágenes sobre "el viejo y el nuevo Cáceres", como definió Cercas.

Esas imágenes fueron el plato fuerte de presentación de los poderes --históricos, patrimoniales, sociales, culturales...-- de la capital cacereña para hacerse con la Capitalidad. Que lo hiciera con una música internacional (además de El Abanico y el Himno a la Alegría , interpretaron aires italianos, con Signore delle Cime ; lusos, con Balaio ; franceses, con Vous me Tuez ; y argentinos, con Tango para 4 ó para 24 , para acabar con un guiño a la propia región con la Jota de Guadalupe ) es un efecto buscado, porque Cáceres, según la delegación que representa a la ciudad, quiere dar una imagen de estar abierta a todos y de ser capaz de integrar a todos: de este continente y del americano.

La representación musical se completó con el quinteto de saxo del conservatorio Hermanos Berzosa. También su participación en el Parlamento Europeo fue intencionada: era un guiño a Adolphe Sax, el inventor del saxo, un compatriota de buena parte de los asistentes, toda vez que Sax nació en Bélgica. Guiados por Daniel Alonso, los alumnos Derek McArdle Narbón, Rodrigo Garrido, Juan Luis González y Alonso García ofrecieron trazos de música de Falla, Albéniz, Pedro Iturralde, Gabriel Fauré, Michael Nyman, Astor Piazzola, y Haendel. Su intención dio en la diana, pues sus piezas fueron celebradas con el calor de los entendidos.