Los actos de celebración del Primero de Mayo en Madrid, que tenían como lema Por la paz, el empleo, no a la guerra, se vieron frustrados ayer por la manifestación contra el líder de CCOO, José María Fidalgo, organizada por los extrabajadores de Sintel, en la que también colaboraron los sectores más críticos del sindicato.

CURAS EN EL HOSPITAL CLINICO

El secretario general tuvo que acudir al servicio de urgencias del Hospital Clínico, donde le dieron dos puntos de sutura para cerrar la brecha en la cabeza producida por un exempleado de Sintel que le golpeó con el palo de una pancarta.

Más de 1.000 exempleados de Sintel con sus familias, procedentes de 40 provincias, se habían concentrado previamente en la plaza de Cuzco de Madrid. Se desplazaron hasta la plaza de Cibeles, donde se encontraba la cabeza de la manifestación, rodeados de 15 furgonetas de policía antidisturbios. Las fuerzas de seguridad se fueron tras comprobar que no iban a reeditar el Campamento de la Esperanza del 2001, cuando se instalaron en el Paseo de la Castellana.

COMIENZO DE LA PROTESTA

El secretario general de UGT, Cándido Méndez, y algunos líderes del PSOE e IU tomaron posiciones en la cabecera de la manifestación a las 11.15 horas. Fidalgo se encontraba en el Hotel Suecia rodeado de su plana mayor y de su nuevo dispositivo de seguridad creado por el sindicato para este día. Sólo se decidió a acudir a la concentración cuando ésta echó a andar a las 11.50 horas: sabía que era el objetivo de la contramanifestación. Su aparición provocó el primer revuelo entre los trabajadores de Sintel.

La contramanifestación, tras varios choques con los simpatizantes de los sindicatos, consiguió retener al grueso de la concentración más de una hora. El líder del colectivo de Sintel, Adolfo Jiménez, tuvo que intervenir personalmente para que sus seguidores permitieran la apertura de un pasillo. La manifestación logró ponerse en marcha mientras Fidalgo era insultado a pocos metros de su cara. Hubo un par de tanganas violentas y a Méndez le impactó una piedra en el hombro que iba dirigida a Fidalgo.

Cuando el líder de CCOO quiso pasar al estrado para pronunciar su discurso, una chica cayó al suelo. Ese momento fue aprovechado por un trabajador de Sintel para agredirle en la espalda con una vara. Otro que estaba a su lado repitió el gesto y acertó a golpear a Fidalgo en la frente, provocándole una brecha que sangraba abundantemente. Un coche particular trasladó al herido hasta el Clínico, donde le aplicaron dos puntos de sutura.

La manifestación, que ya estaba reventada, concluyó cuando Méndez subió a la tribuna y se limitó a hablar un minuto en nombre de los dos sindicatos entre silbidos y gritos: "Hemos tenido que modificar el desarrollo del acto porque alguien, que sólo sabe defender sus razones enarbolando un palo, ha herido a mi compañero y amigo Fidalgo. Hay veces que al defender razones, éstas se debilitan o se pierden definitivamente", dijo. Jiménez aseguró que se está buscando al responsable de la agresión por las fotos de prensa.

El presidente del Gobierno José María Aznar telefoneó a Fidalgo para interesarse por su estado de salud, lo mismo que José Luis Rodríguez Zapatero. Desde el PSOE, IU se emitieron notas condenando el atentado.

El presidente de la asociación de extrabajadores de Sintel, Adolfo Jiménez, niega que hayan existido las 800 ofertas de recolocación prometidas por Telefónica y acusa a Fidalgo de no apoyarles.

CRISIS CCOO-SINTEL

La ejecutiva del sindicato Comisiones Obreras se desligó del problema de Sintel tras comprobar que los trabajadores de Sintel, aconsejados por Jiménez, habían rechazado todas las ofertas de trabajo ofrecidas por Telefónica. Fidalgo se había enfrentado al colectivo y había calificado de "gansteriles" sus prácticas.