El debate sobre la ubicación de la Refinería Balboa en la comarca de Tierra de Barros vivió ayer un nuevo episodio con las jornadas organizadas por el sindicato UGT en Mérida. Durante ocho horas varios expertos analizaron puntos de vista tan diversos como su impacto socioeconómico, medioambiental e incluso sanitario.

El primero en pronunciarse fue el secretario regional de UGT, Miguel Bernal, quien recordó que los impuestos que pagará la industria compensarán la pérdida de fondos estructurales que sufrirá la región en el 2013, informa Ep. Bernal destacó que tendrá "un fortísimo impacto económico y en términos de empleo".

Por su parte, el director del proyecto de la refinería, Edgar Rasqin, aclaró que la ubicación de la planta no es algo casual. Así, presentó un estudio realizado por el Grupo Gallardo según el cual la industria sólo podría implantarse en el 0,17% del territorio extremeño. De este 0,17%, añadió, el lugar más idóneo es Tierra de Barros.

José Luis Navarro, del Colegio de Ingenieros Industriales de la comunidad, afirmó que es "una oportunidad y es compatible" con el desarrollo de energías renovables.

La intervención del sociólogo Artemio Baigorri estuvo cargada de escepticismo, puesto que dio "un sí con reservas" basado en que "no hay otra salida" una vez que el actual modelo de desarrollo está agotado. Aun así, lanzó un mensaje claro: "No me gustaría vivir cerca de una refinería".

Más contundente fue Antonio Medina, de la Asociación de Empresarios del Vino, quien insistió en que "es una barbaridad" instalar una planta de refino en Barros puesto que, según él, causará grandes perjuicios al sector vitivinícola. Y eso es independiente de que se cumpla la ley: "Es como poner un matadero en la puerta de El Corte Inglés". Contrario a esa tesis se mostró José María Molinete, de UGT en el País Vasco y trabajador de una refinería, que destacó la calidad de los vinos del entorno de la planta.

Por lo que se refiere a su impacto sobre la salud, el médico especialista en medicina interna y técnico de la Dirección General de Atención Sanitaria Fausto Sánchez indicó que "establecer vínculos directos de su impacto sobre la salud es prácticamente imposible".