Mariano Rajoy compareció ayer, con 24 horas de retraso, para explicar a los españoles los motivos que le han llevado a pedir ayuda europea para recapitalizar los bancos. El jefe del Ejecutivo defendió la solicitud del "crédito de 100.000 millones de euros" porque la alternativa era la "intervención del Reino de España" e insistió en que Bruselas solo impondrá ajustes al sector bancario. "Ayer ganó la credibilidad del proyecto europeo, ayer ganó el futuro del euro, ayer ganó la solidez de nuestro sistema financiero y se consiguió que vuelva a fluir el crédito", declaró el presidente, en un intento de transmitir entusiasmo.

El Ejecutivo convocó a la prensa a mediodía en el Salón de los Tapices de la Moncloa, un espacio reservado para acontecimientos especiales. Un atril, las banderas española y europea y las puertas abiertas esperaban al presidente, que comparecería tras ser criticado por haber dejado al ministro de Economía, Luis de Guindos, las primeras explicaciones del rescate.

DEBATES SEMANTICOS Rajoy, como su ministro, intentó evitar esta palabra tabú, que toda la prensa internacional y casi toda la española utiliza: rescate. El jefe del Ejecutivo dijo que no quiere entrar en debates semánticos sobre si es un rescate, una intervención o se trata de un préstamo, opción que más le gusta. Recalcó que el Eurogrupo no ha impuesto condiciones macroeconómicas que impliquen nuevos recortes y ajustes a los españoles, por lo que considera que no se trata de un rescate como el de Grecia, Irlanda y Portugal, donde se vieron obligados a imponer nuevas políticas de austeridad a sus ciudadanos.

El presidente aseguró que si los socios han accedido a prestar hasta 100.000 millones de euros es gracias a las reformas y los tijeretazos que su Gobierno ha aprobado en sus primeros cinco meses de mandato.

El Ejecutivo insiste en que no habrá nuevos recortes para una sociedad que empezó a ajustarse el cinturón en mayo del 2010, pero obvia que la Unión Europea recordó hace solo 10 días la lista de reformas y tareas que tiene pendientes el Gobierno, y que los socios europeos van a vigilar "estrechamente", como dice el documento del Eurogrupo.

En este sentido, la Comisión espera que se acelere el retraso de la edad de jubilación a los 67 años (estará en vigor en el 2027), sugiere que se anule la desgravación por la compra de vivienda, aconseja que se suban los impuestos sobre el tabaco, el alcohol y los carburantes, reclama que el IVA reducido se aplique a menos productos y pide que el seguro de paro se controle más y se vincule a la formación y a la búsqueda de empleo.

Es decir, España tiene ya una larga lista de deberes y, antes de que acabe julio, como le pidió la Comisión, deberá presentar un plan de ajuste para el 2013 y el 2014 en el que deberá explicar cómo y cuándo va a aplicar estas novedades. Si es creíble, Bruselas ha anunciado que alargará un año más el plazo para recortar el déficit y que sea en el 2014 y no en el 2013 cuando se deba alcanzar el 3%. Ahora llega al 8,9%.

CONTRADICCIONES Respecto al temor de que los intereses de los 100.000 millones o la cantidad que finalmente necesiten los bancos repercuta en el déficit, Rajoy desmintió a Guindos y aseguró que no tendrá impacto alguno. Fuentes del Ejecutivo explicaron que el Eurogrupo prestará al Gobierno el dinero a un interés determinado (según Reuters, en torno al 3%) y el Ejecutivo a su vez se lo reclamará a los bancos a un precio más caro.

En su comparecencia, Rajoy insistió en que la solicitud de ayuda envía un mensaje de confianza a los mercados. "Esto es muy bueno para el euro y es muy bueno para España", aseguró. La pregunta era evidente: ¿por qué ha tardado tanto en pedirla? "Pues ya me gustaría a mí saberlo", contestó, desviando la atención hacia José Luis Rodríguez Zapatero. "Esto se debería haber hecho hace tres años como hicieron algunos países", añadió. Se refería a Reino Unido y Holanda, entre otros.

Rajoy quiso convencer de que la petición del rescate era un objetivo planteado desde el inicio de la legislatura, pese a que sus declaraciones y las de sus ministros han apuntado en sentido contrario y han quedado patentes las presiones de los gobiernos europeos, el de EEUU e instituciones económicas. "A mí nadie me ha presionado, el que ha presionado he sido yo", dijo antes de añadir que hay gestiones que se deben hacer con discreción.

NEGOCIACIONES Fuentes del Ejecutivo aseguraron que el Gobierno ha estado negociando el préstamo desde antes de que se conociera el agujero de Bankia. "El presidente debía poner cara de póker porque había socios que pedían que hubiera condiciones", apuntaron estas fuentes en referencia a Holanda y Finlandia. Rajoy también tuvo que dar explicaciones sobre su viaje a Polonia para ver a la selección de fútbol. "Me voy a la Eurocopa porque se ha resuelto la situación", aseguró.