En la vida de Dulce Chacón hubo un momento de regreso a Extremadura. Justo antes de ganar el premio Azorín por su novela Cielos de barro . Al decidir escribir esta novela retomaba sus recuerdos de infancia en Zafra y viajaba con la memoria a la guerra y la posguerra civil, que ella había conocido a través del relato de sus familiares.

Nacida en 1951 en la ciudad segedana, aquellos primeros años los vivió vividos bajo el amparo de su padre, una de las grandes influencias de su vida, según le gustaba recordar. La hija de don Antonio Chacón, alcalde de Zafra y poeta en sus horas de ocio, creció feliz hasta la muerte de su progenitor, cuando ella tenía 12 años. Entonces, su familia decidió trasladarse a Madrid.

EXITO Empezó a escribir poemas y su primer libro fue Querrán ponerle nombre (1992), al que siguió Las palabras de la piedra y Contra el desprestigio de la altura , con el que ganó el premio Ciudad de Irún. En la editorial extremeña Del Oeste Ediciones publicó Matar al ángel (1999).

Con su primera novela, Algún amor que no mate abrió una trilogía sobre las relaciones amorosas en el mundo de hoy, que completó con Blanca vuela mañana y Háblame musa de aquel varón . Pero fue Cielos de barro , tal vez su mejor novela, la que le permitió llegar a un número masivo de lectores. Con ella ganó en el 2000 el premio Azorín, que convoca la editorial Planeta, y fue la primera piedra de otro proyecto literario que tuvo continuación en su mayor éxito, La voz dormida .

Esta novela, sobre las represalias contra un grupo de mujeres republicanas en la posguerra española, le proporcionó una mayor repercusión pública. Participó en las manifestaciones contra la guerra de Irak y viajó en una expedición de mujeres al país gobernado entonces por Sadam Hussein para conocer la situación de las mujeres iraquíes.

Con Cielos de barro conquistó también al público extremeño, que amplió con su siguiente novela. En un informe publicado en junio por La Gaceta del Libro en Extremadura en su primer número, se señalaba que La voz dormida había sido el libro más solicitado en las principales bibliotecas públicas de la comunidad autónoma en los meses precedentes.

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Intervino en las Aulas Literarias de la región, fue jurado de premios, presentó sus novelas en varias ciudades extremeñas, participó en debates y fue la primera escritora becada por la Universidad de Extremadura (junto al poeta Diego Doncel) para compartir durante seis meses su experiencia como escritora con los universitarios.

En una entrevista con este diario, hablaba de la muerte: "Para mí resulta muy cercana a la vida. Comparto el ideal romántico de la muerte entendida como tránsito. Sin embargo, no creo que haya bada más detrás. Me gusta mucho tratarla en la literatura. Es esa luminosa perversión que da sentido a todo lo demás".