Juan Carlos Martín Araujo, secretario del Plan Regional Sobre Drogas --departamento adscrito a la Consejería de Sanidad-- ha alertado sobre los efectos dañinos que para ciertas personas puede tener el consumo de las distintas variedades del denominado éxtasis vegetal , conjunto de composiciones a base de extractos de plantas con efectos estimulantes o sedantes, de venta libre, "que carecen de garantías" y que, por tener efectos psicoactivos "deberían estar regulados".

Las declaraciones de Martín Araujo a EL PERIODICO apuntan justo en sentido contrario a las intenciones del Ministerio de Sanidad, reveladas ayer por La Razón , donde se indica que el departamento dirigido por Ana Pastor estaría estudiando la liberalización en la venta de 200 plantas medicinales, algunas de las cuales figuran en un informe del Consejo de Colegios Farmacéuticos como "potencialmente peligrosas".

Según Martín Araujo, las variedades del éxtasis vegetal (ginseng, guaraná, ginko, pasiflora...) carecen de control sanitario y, pese a que las dosis de elementos psicoactivos que contienen suelen ser muy bajas, "sí pueden producir efectos negativos en personas que, por ejemplo, padezcan enfermedades del corazón, y también pueden tener interacciones perjudiciales con algunos medicamentos".

Asimismo, apuntó que "pese a que en Extremadura aún no se están detectando problemas" sí se han dado en otras comunidades autónomas. El responsable regional del Plan Sobre Drogas explicó que, además, al ser la venta libre y sin control, "las composiciones varían de un envase a otro, y los folletos que acompañan carecen de rigor científico y no recogen todos los efectos secundarios o posibles interacciones".

SUPUESTA INOCUIDAD

Mientras, el ministerio quiere llenar el vacío legal que existe ahora sobre estas sustancias optando por autorizar la venta libre en herbolarios de muchas de ellas, que considera inocuas pero sobre las que, paradójicamente, hace después recomendaciones de que no sean consumidas por niños pequeños o embarazadas.

El argumento es que, aunque no se ha probado su eficacia e inocuidad en estudios clínicos, éstas se deducirían "de la experiencia por su uso reiterado a lo largo del tiempo".

La supuesta inocuidad de estos preparados choca frontalmente con el estudio realizado por los farmacéuticos. Así, al menos tres de las 200 sustancias cuya venta se quiere liberalizar figuran en lugar destacado en el informe de los boticarios por sus efectos perniciosos. Este es el caso del té negro y la nuez de cola , que pertenecen a las denominadas drogas xánticas , y de la pasiflora , que pueden desencadenar desde infartos de miocardio hasta crisis de ansiedad o hipertensión.

El estudio de los farmacéuticos incluye también otras sustancias que ahora se venden con total libertad a través de internet, por correo o en las denominadas smarts shop , herbolarios especializados en la venta de estimulantes a base de plantas, y se citan el guaraná, ginseng, efedra, bala, cálamo, ginko, kava-kava, damiana, salvia de los adivinos y yohimbe , bajo el reclamo de resultados muy variados, que van desde la estimulación nerviosa o cardíaca hasta el efecto calmante, ansiolítico o analgésico.

La realidad, según el informe, es que estos compuestos, comercializados con nombres como Bliss Extra, Road Runner Super, Space Cadet, Druids Fantasy, Sextacy, Lust, Clou 9, Herbal bliss, Ritual Spirit, Herbal X, GWM, Rave Energy o Ultimate Xphoria , carecen de un control sanitario que garantice su composición y contraste efectos secundarios e interacciones.

Por ello, se advierte que el riesgo "es elevado", y el amplio listado de consecuencias negativas va desde los trastornos cardíacos hasta el glaucoma, pasando por hemorragias, ansiedad, úlceras, hipoglucemia o potenciación de las tendencias suicidas.

RETIRADA DEL MERCADO

Asimismo, los farmacéuticos alertan de que este tipo de compuestos, que se venden en cajas de diez o doce pastillas al precio de 18 euros, están cobrando auge, ya que se les ve como una "alternativa natural" a las drogas "químicas" como la cocaína, heroína o éxtasis, con lo que sus efectos serían más limpios y menos adversos, puesto que se potencia la falsa creencia de que "todo lo natural es inofensivo".

La realidad, según las conclusiones del informe, es que existen múltiples consecuencias dañinas y, además, la composición de estas sustancias varía mucho de uno a otro envase. Por ello, los farmacéuticos demandan que sean retiradas del mercado, como ya ha hecho Estados Unidos.