Cuatro de la tarde. Es la hora de la siesta pero en Mirandilla nadie duerme. Al contrario, la tensión mantiene muy despiertos a los vecinos. Apenas una hora y media antes unos disparos hieren a tres vecinos que auxiliaban a una mujer. Los tiros vienen de la vivienda de una familia que desde hace años les tiene "atemorizados" y cuyos inquilinos "se creen los dueños del pueblo", apuntan los vecinos indignados, rodeados por miembros de la Guardia Civil que custodia la casa de los presuntos agresores. En medio, varios vehículos destrozados propiedad de esa familia, incluso alguno de la Benemérita también sufre daños.

Los ánimos están muy caldeados y las quejas de los vecinos contra los miembros de esta familia "muy conflictiva", reiteran, son constantes. "Esto era de esperar, porque desde hace años vienen creando muchos problemas, nos amenazan, trapichean con drogas. Cómo sin trabajar pueden tener tantos coches", se quejan. Al mismo tiempo, una vecina señala dónde están los impactos de los disparos y dónde una mujer fue arrastrada por los denunciados. Esos comentarios solo se rompen cuando los agentes van sacando a los presuntos agresores y al resto de esta familia. Entonces, las avalanchas se suceden contra ellos, mientras algunos piden a la prensa que comprendan la situación tras años de convivencia imposible y destacan que "el pueblo no es esto que se está viendo".

Poco a poco sacan a los presuntos agresores, pero al caer la tarde los ánimos siguen calientes. La noche se espera larga y la Guardia Civil custodia la localidad. La preocupación llega al presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, que llama al alcalde para interesarse por lo sucedido. Hoy, las autoridades analizarán todo.